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Amando de Miguel

La floresta de los nacionalismos

Lo chusco del caso es que el PP de Asturias se apunta también a esa orgía lingüística.

Marc Guzmán Moreno suscribe esta galana opinión:

Decir que el castellano se persigue en Catalunya, es como menos, falsear la realidad. En muchos barrios de Barcelona, localidades como Hospitalet se habla castellano. Si se quiere proteger a una lengua para que no desaparezca se tiene que hacer con la que está en peligro de extinción, ahí la política de inmersión lingüística. La lengua es cultura, es riqueza, no es un instrumento para dividir territorios. El castellano se enseña de igual manera que el catalán, la prueba es que yo puedo tener una conversación tanto en castellano como en catalán y no ofendo a nadie. El catalán es una lengua que cada vez habla menos gente y como he dicho antes se tiene que proteger porque la lengua es cultura y si perdemos nuestras identidades no sabremos ni quién somos ni de dónde venimos. Como he ido oyendo estos día el catalán se tiene que enseñar con pedagogía, no imponer, pero yo creo que ni con esas porque hay mucha gente que odia a lo catalán y no tiene ni la mínima cultura para entender que todas las lenguas del mundo son patrimonio cultural de la humanidad y por consiguiente hay que protegerlas. Un saludo, Marc Guzman Moreno.

Creo que don Marc puede "tener una conversación tanto en castellano como en catalán", pero le aseguro que su castellano escrito lo tiene un poco abandonado. Lo que no entiendo es por qué, si se protege tanto el catalán, "es una lengua que cada vez habla menos gente". Me parece muy bien lo de proteger las "identidades", pero ¿y la identidad de la mitad de la población de Cataluña cuya lengua familiar no es el catalán? Mi opinión está dicha y redicha: la peor forma de proteger a los hablantes de una lengua es hacer obligatoria la "inmersión lingüística". El resultado de esa política para muchas personas de un estrato humilde: no llegarán a escribir bien ni el castellano ni el catalán. Lo deseable sería lo contrario: que aprendieran a escribir bien los dos idiomas.

José Antonio Martínez Pons me cuenta varias noticias de su "querida Mallorca".

  1. La directora de un instituto insiste en que, en los claustros, los profesores hablen en catalán (no en castellano ni en mallorquín).
  2. En Santa Eugenia, el maestro obliga a los niños a que no hablen castellano en el recreo.

Don José Antonio recuerda que estudió el Bachillerato en Mallorca, de 1956 a 1961, y nadie le obligó a hablar castellano en el recreo. Cierto es que nadie le enseñó a escribir el "catalán insular", pero a los 20 años ya había publicado varias obras en la lengua vernácula.

José Manuel Antón de la Calle (Oviedo) comenta que el bable, como tal idioma, no existe. "Es una mezcla de castellano antiguo y un castellano mal hablado". Don José Manuel cita a Emilio Alarcos, para quien "la cuestión del bable se arreglaba con dos o tres cátedras". Lo más curioso para don José Manuel es que el PP asturiano sea más "bablista" que el PSOE. Añado que así le va al PP de Asturias. (¡Cascos, vuelve!).

Don José Mª Navia-Osorio me escribe una larga requisitoria contra los "nacionalistas españoles", esto es, la suma de los catalanes, vascos, gallegos, etc. Como es lógico a don José Mª le preocupa extraordinariamente el nacionalismo de sus paisanos, los que quieren hacer que la lengua asturiana sea la propia de la región o incluso la oficial. Lo chusco del caso es que el PP de Asturias se apunta también a esa orgía lingüística.

Comulgo con don José Mª en que esa pretensión de oficializar el bable sería un desastre para Asturias. Discrepo, en cambio, de su apreciación sobre la Literatura en ingles hecha por irlandeses. Don José Mª solo salva a James Joyce, y con la reserva de que resulta difícil de entender. Cierto es que Joyce es de difícil lectura. En la Historia de la Literatura o del pensamiento hay muchos autores "difíciles" que han sido muy influyentes. Por ejemplo, Góngora o Hegel, por citar dos extremos. Sobre la Literatura en inglés de los irlandeses, permítame reiterar, don José Mª, que ha sido extraordinariamente relevante, sobre todo si tenemos en cuenta que Irlanda es un país minúsculo en extensión y en habitantes. No hay más que recordar estas luminarias de la Literatura en inglés: Jonathan Swift, Oscar Wilde, James Joyce, Samuel Beckett, Bernard Shaw, W. B. Yeats. Todos ellos son irlandeses y verdaderos maestros de la lengua inglesa. La extraordinaria riqueza de la Literatura irlandesa escrita en inglés obedece a que en Irlanda ha habido siempre un excelente sistema de enseñanza. Quizá fuera una buena inversión para un país de emigrantes (en el pasado). Precisamente la minoría irlandesa en los Estados Unidos prosperó más que otras porque muchos de esos inmigrantes sabían leer y escribir en inglés.

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