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Amando de Miguel

La magia de los números

El abecedario es maravilloso: con solo veintitantas letras se pueden expresar todos los sonidos de cualquier idioma. No es menos asombrosa la serie numérica: con sólo 10 dígitos se pueden expresar todas las cantidades posibles.

Los números no son más que una condensación de palabras. El abecedario es maravilloso: con solo veintitantas letras se pueden expresar todos los sonidos de cualquier idioma. No es menos asombrosa la serie numérica: con sólo 10 dígitos se pueden expresar todas las cantidades posibles.

Manix me pide un comentario sobre una serie de ordinales irregulares poco frecuentes: deceno, onceno, doceno, etc. Están fuera de uso. Quizá quepa decir Alfonso XI (onceno), el padre de Pedro I de Castilla, llamado injustamente "el Cruel". Antes se decía familiarmente "el onceno no estorbar". Aludía a un nuevo mandamiento de los diez de Moisés.

León Zeldis Mandel (Israel) comenta que la extraña unidad de "cuarto y mitad" quizá sea un resto del prefijo "sesqui", que los romanos empleaban algunas veces. En efecto, "sesqui" quiere decir la unidad más la mitad. Por ejemplo, "sesquicentenario" (= 150 años).

Juan Mateo Bosch critica el modo de presentar ciertos datos económicos, por ejemplo, los del paro. Simplemente calculan variaciones porcentuales de algunas tasas sin tener en cuenta el valor absoluto o el punto de partida. En efecto, ese es un error muy común en las noticias sobre la situación económica y social. Sería el error de decir que un enfermo no empeora mucho porque su temperatura "solo" ha aumentado de 39º a 40º. Añado otro ejemplo. Si el IVA sube del 16% al 18%, es corriente oír que "sube un 2%", cuando realmente en ese caso sube más de un 12%.

José María Navia-Osorio añade algunas especificaciones sobre esa extraña moneda inglesa de la "guinea". Se llama así porque los ingleses la acuñaron originariamente con el oro procedente de Guinea. Lo interesante es que comprendiera 21 chelines, es decir, una libra más un chelín. Hay dos explicaciones. Primera, 20 son los dedos de las manos y de los pies, una referencia muy común para contar que han empleado muchos pueblos. Segundo, 20 es divisible dos veces por la mitad y el cociente sigue siendo entero. Esto es, 20:2 = 10; 10:2 = 5. Lo de 20+1 es un ejemplo de la propina o chorrada que aparece muchas veces como caridad o cortesía. Recuerdo haber visto en algunos escaparates de las tiendas de Londres el precio expresado en guineas.

Santiago Roig Mafé (Vinaros, Castellón) recuerda que la libra valenciana (moneda) equivalía a 20 sueldos, y cada sueldo valía 12 dineros. A lo cual se añadía el ducado (= una libra más un sueldo), es decir, exactamente como en el sistema inglés. Nótese que 12 es también divisible dos veces por la mitad y el resultado sigue siendo entero. Es decir, 12:2 = 6; 6:2 = 3.

Rafael Marcos (Boadilla del Monte, Madrid) rememora que en Salamanca, hace 60 años, su madre solía pedir en la carnicería: "tres octavos de carne para el cocido". Era la medida precisa para un buen cocido familiar.

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