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Amando de Miguel

La polisemia del "tiempo"

Los años que tenemos son una señal indeleble de nuestra personalidad, pero son precisamente los que ya no tenemos. El cumpleaños lo celebramos para ocultar la nostalgia del tiempo que ya no tenemos.

El "tiempo" es materia que exige una continua información y una gran precisión, pero luego es algo muy ambiguo y difuso. Para empezar, lo que en otros idiomas exige dos palabras (pues son dos realidades distintas), en español basta con una misma palabra: "tiempo". Abarca tanto el cronológico (en inglés time) como el meteorológico (en inglés weather), que son cosas distintas. En la radio hay que dar continua información de ambos "tiempos". Uno es el tiempo que "es" (la hora) y otro el que "hace". En España se tolera fácilmente la impuntualidad, pero no en el comienzo de la fiesta de los toros o de los programas de radio.

No tenemos una palabra para lo que los griegos llamaban kairós (= sentido de la oportunidad). Se acerca a esa idea la expresión actual, tan de moda, que es "manejar los tiempos", que todavía no está en los diccionarios. También se dice "administrar o gestionar" los tiempos, lo que da más fuste al asunto.

El sentido de la oportunidad o manejo de los tiempos es una cualidad muy necesaria en el deporte, la política o los negocios. Los directivos empresariales que no manejen bien los tiempos, trabajarán a disgusto o se sentirán pesimistas. Un empresario pesimista está perdido. Ese sentido de la oportunidad implica una cierta angustia respecto a la escasez del tiempo cronológico ("el tiempo me come"). Es una actitud contraria al sentido tradicional del tiempo como algo abundante. De ahí que, para la mentalidad tradicional, "hay que dar tiempo al tiempo" y que el ocio más barato consista en "hacer tiempo" o en "matar el tiempo". La cosa es no apresurarse, lo contrario de la divisa moderna "el tiempo es oro". Esa es más bien una jaculatoria del mundo anglosajón, donde es corriente decir "gracias por su tiempo" como una fórmula de cortesía, por ejemplo, después de una entrevista. En España es una fórmula rara; resulta hasta pedante.

En la cultura que habla español hay que dar la impresión de que uno anda sobrado de tiempo. Nos maravilla lo instantáneo (el "tiempo real") y abusamos de la imprecisión en locuciones como "más pronto que tarde" o "nunca es tarde si la dicha es buena". El sintagma "en mis tiempos" significa la época pasada. Los años que tenemos son una señal indeleble de nuestra personalidad, pero son precisamente los que ya no tenemos. El cumpleaños lo celebramos para ocultar la nostalgia del tiempo que ya no tenemos.

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