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Amando de Miguel

Las contraindicaciones

Soy poco aficionado a los medicamentos, por lo que, cuando los tomo, me resultan sumamente eficaces. Por eso mismo, al hacerme con un fármaco, voy en seguida al prospecto. Lo que me interesa es el epígrafe de las contraindicaciones. Me tranquiliza que la medicina tenga alguna contraindicación. Es señal de que obra de manera drástica (literalmente, como un buen purgante). En cambio, me inquieta que “no se han descrito” contraindicaciones. Es una forma de reconocer que el remedio es anodino, fuera de tranquilizar al paciente. Así pues, en la farmacopea como en la vida, lo que cura, altera el organismo.

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