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Amando de Miguel

Las hablas de los españoles

Como saben los libertarios, mi tesis que muchas voces y locuciones, consideradas como localismos, son de amplia difusión en muchas partes de España. A veces, incluso, saltan el charco y se extienden por diversos países hispanoamericanos.

Francesc Barberó i Escrivá se irrita profundamente contra el empleo que aquí hago de la locución "hablas regionales" para referirnos a las distintas formas de hablar que tienen los españoles en el plano coloquial. Pueden emplear el idioma común (castellano o español) o cualquiera de las otras lenguas con todas las variantes posibles. El adjetivo "regional" indica que esas formas del lenguaje hablado se emplean en una parte del territorio, no en el total. No creo que haya que enfadarse por ese hecho. Incluso el castellano de España podría ser considerado con un carácter "regional" al ser solo una variante del español que se habla mundo adelante. Pues bien, don Francesc considera que esas ideas mías responden una "obcecación por desprestigiar las lenguas españolas". Incluso califica esas actitudes mías de "anticonstitucionales". Para don Francesc esa "obsesión" mía se convierte en un "delirio contra las lenguas regionales". No sé de qué me habla, pues esta seccioncilla, aunque dirigida expresamente al castellano, más bien coloquial, se refiere constantemente a los otros modos de hablar que tienen los españoles e hispanoamericanos. Aunque yo sea castellanoparlante, considero que el vasco, el catalán, el gallego, el valenciano, etc. son parte de mi cultura. ¿Cómo me voy a proponer el desprestigio de esas otras formas de hablar de una parte de los españoles? Es al contrario. Mi propósito es el de enaltecer todas las formas de expresión coloquial de los españoles.

Joan Manuel ironiza a partir de mi gazapo. Cuando quise decir en catalán molt agrait (= muy agradecido) escribí moll agrait (= muelle agradecido). Me traicionó la dificultad natural que tiene un castellano para pronunciar molt con todas sus letras.

Sostiene don Joan Manuel que el catalán es una "lengua nacional" porque es oficial en Andorra, un Estado reconocido por la ONU. Redarguyo que en ese caso el catalán será una "lengua internacional", por ejemplo, como el suajili, típica de la etnia bantú, hablada en varias naciones. La dignidad del catalán es que tiene una notable literatura, aunque no sea de influencia muy reconocida.

Lo del bilingüismo se presta a muchas situaciones cómicas. Por ejemplo, Eduardo Fungairiño (vir bonus dicendi peritus) observa que una calle de Valencia se rotula al principio como "Calle de los Hermanos Maristas" y al final como "Carrer dels Germans Maristes".

Aitor Egia (Bizkaia) sostiene que la tesis de Julián Arrizabalaga sobre el invento del euskera unificado que es la voz borroka (= lucha) es "patochada" y "sinsorgada". Don Aitor redarguye que "la voz original es borroka, sin ningún género de dudas [...] Burruka es variante posterior [...] solamente en algunos dialectos (vizcaíno y guipuzcoano)". Díjolo don Aitor, punto redondo.

David Pradas Zalaya (Zaragoza) aporta algunos aragonesismos que también se entienden en otras regiones:

  • Chandrío (= lío, trastada).
  • Marchar (= ir).
  • Cutio (= un buen rato).
  • ¿Ande? (= ¿dónde?).
  • ¿Mande? (= ¿diga?).
  • Pernil (= jamón).
  • Malafollá (= voz despectiva).
  • Cazurro (= bruto, de pueblo, cateto).
  • Me hace duelo (= lo lamento).
  • Pozal (= cubo).
  • Charrar (= hablar).
  • Chamuscado (= quemado).
  • Esgarramantas (= voz despectiva).
  • Mustio (= triste).
  • Zaforas (= manazas, chapucero).
  • Alparcero (= curioso, cotilla).
  • Chafardero (= osado, metomentodo).

José María Navia-Osorio, corresponsal diario, reconoce que lo de marchar como equivalente de irse se extiende a diversos puntos de España cuando él creía que era privativo de Asturias. Añade con ironía: "Solo falta que fuera de Asturias se empleara el verbo prestar como sinónimo de agradarle [algo a alguien]". Pues le participo que en el Tesoro de Covarrubias (siglo XVII) prestar significa "ser de provecho". En el Diccionario de Autoridades (siglo XVIII) prestar es también "aprovechar, ser útil o conveniente para la consecución de algún intento. Luego ese sentido era general en el español clásico. No está lejos del sentido asturiano del término.

Antonio Olea Casas (Bueu, Pontevedra) disiente de mi calificación de "picar la puerta" como localismo. Avisa don Antonio de que así figura también en el DRAE y que es de uso común en Galicia. Me alegro de esa opinión. Como saben los libertarios, mi tesis que muchas voces y locuciones, consideradas como localismos, son de amplia difusión en muchas partes de España. A veces, incluso, saltan el charco y se extienden por diversos países hispanoamericanos.

Ángel Fajardo, nacido en Albacete y residente en Cataluña, advierte que lo de pernil (= jamón) se dice también en su ciudad de origen. Yo también lo he oído así en Zamora. Puede que en castellano sea un arcaísmo.

Nieves Pinillos (Fregenal de la Sierra) atestigua que en su tierra extremeña también se decía de cutio (= de forma continua).

Juan Puyol recuerda que lo de ausiones (= lamento) también se dice en su tierra de origen (Almagro, Ciudad Real). Por ejemplo, no seas ausionero (= no sea quejica).

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