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Amando de Miguel

Los demostrativos

Hay una parte de la frase escrita tan engorrosa como útil: los demostrativos. Conviene apuntar unas reglas sencillas. Lo fundamental, utilizarlos con parsimonia. Si acaso valga el “este” y el “ese”, con sus femeninos y sus plurales. El “aquel” ni mentarlo; casi siempre es confuso. Desde luego, es mejor no acentuar ninguna de las tres formas. La distinción entre el “este” y el “ese” es sutilísima. La decisión más práctica es asignar el “ese” para el último nombre que se acaba de mencionar. El “este” se reservará para el nombre que vaya a continuación. Así la cosa estará más clara.

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