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Amando de Miguel

Mentiras pochas

Son innúmeras las creencias falsas que circulan como verdaderas, que no necesitan demostración.

Son innúmeras las creencias falsas que circulan como verdaderas, que no necesitan demostración. Sería interminable hacer la lista de tales falsedades. Un libro entero estoy componiendo sobre el particular. Me detengo ahora en algunas de esas supercherías, las que se relacionan más con la actualidad política. Las enumero entrecomilladas para indicar que personalmente las rechazo:

  • "Arturo Mas ha ganado las elecciones en Cataluña".
  • "El sistema sanitario español es uno de los mejores del mundo".
  • "En el sistema político español actual hay división de poderes".
  • "Los españoles hemos salido de la crisis económica".
  • "La crisis se produce (o se sale de ella) por una política económica".
  • "España roba a Cataluña".
  • "La España de las autonomías representa un notable progreso".
  • "Más progreso es todavía el Estado federal".
  • "En España ahora hay más desigualdad que antes"
  • "En España es muy alta la tasa de violencia de género".
  • "Los partidos políticos en España son democráticos".
  • "La ETA ha sido derrotada".

No quiero decir que todos esos enunciados se acepten de manera unánime, pero sí mayoritaria, según al círculo que correspondan. La lista entera hay que detenerla, pues desbordaría el espacio de un artículo. Lo interesante no es tanto enunciar las mentiras como explicar por qué se difunden y se aceptan generalmente como verdaderas. El primer factor es de índole psicológica. Los enunciados simples se aceptan mucho mejor que los complicados o los matizados. Pero hay más; se trata de que algunas personas y grupos con poder se proponen convencernos de las falsedades, de unas más que otras, según los intereses que defiendan. Es decir, no es que el público sea ignaro, sino que alguien pretende entontecerlo y a veces lo consigue.

Está también el famoso apotegma de que una mentira repetida muchas veces acaba pasando por verdad. He ahí la esencia de la propaganda. Reconozcamos que en la España actual los partidos políticos de la izquierda y los nacionalistas han llegado al máximo virtuosismo de la propaganda. Hay también grupos de presión con mayor capacidad de influencia; por ejemplo, los ecologistas, los feministas o los homosexuales. Los tres se integran mejor en las corrientes de izquierda por la razón antedicha.

En España

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