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Amando de Miguel

Neologismos y arcaísmos

Animo a los libertarios curiosos a que completen la lista de los arcaísmos con otras aportaciones. ¿Se dice todavía "la llave de la luz"? ¿Se dice "tirar de la cadena", aunque hoy los váteres ya no tengan cadena sino pulsador?

Juan Puyol atestigua que la Vicepresidenta de la Vega habló en un reciente discurso, ante la presidenta chilena, de "empoderamiento". Don Juan supone que es la traducción del inglés empowerment. La verdad es que, incluso en inglés, resulta un barbarismo para indicar el fortalecimiento del poder. No se olvide que en inglés power es poder, fuerza, energía. En español poder tiene menos carga, a no ser que se diga "poder político". La fuerza es más bien el poderío.

Mª Ángeles Fábrega (Madrid) me cuenta que, según sus averiguaciones, la capital de China siempre se ha llamado Beijing. La versión de Pekín se debe a que así lo pronuncian los habitantes de Cantón. Los primeros emigrantes chinos a Europa fueron cantoneses y con ellos vino la pronunciación de Pekín. Ahora las autoridades chinas han restaurado la pronunciación auténtica. Lo siento, pero el resultado sigue sin convencerme. Es como si el Gobierno del Reino Unido decretase que los españoles debemos decir London y no Londres. Sencillamente no tienen jurisdicción para ello. Para el nombre de Beijing (supongo, además, que esa jota no se pronuncia como jota en español) es una imposición arbitraria. Por la misma regla de tres, supongo que China se denomina en mandarín algo así como Zhonghua, pero los españoles seguiremos diciendo China.

Son interesantes los que podríamos llamar neologismos comerciales. Javier Almagro (Córdoba) cuenta que en la tienda de Ikea en Sevilla ha visto este letrero en las puertas de salida de emergencia: "Puerta alarmada".

Blanca Ballesteros interpreta dos neologismos que aquí se suscitaban: serendipia y antiparístasis. Sostiene doña Blanca que serendipia fue una palabra acuñada por Jung ante el caso de un escarabajo dorado imaginado por un paciente y que luego apareció en la puerta de su casa. Siento decirle, doña Blanca, que el uso de serendipity en inglés es muy anterior a Jung. Data del siglo XVIII y, a su vez, procede de un cuento de la India en el que el príncipe Serendip tenía la facultad de conectar diversos fenómenos casuales.

En opinión de doña Blanca antiparístasis procede de Huarte de San Juan como interpretación de una idea aristotélica. Era algo así como la exageración de una cualidad física en presencia de su contrario. "Más modernamente se usa en economía y en organización de empresa con el significado de equilibrio entre efectos deseados y no deseados". Apuntado queda el terminacho.

Claudio Verdú Egea precisa que no es "antiparistasis" ni "antiparístasis" sino antiperístasis. Es un neologismo para hacer ver la obsesión del contrario. Así lo especificó el padre Feijoo en 1728. De lo advertido por don Claudio se podría concluir que la antiperístasis es el fenómeno por el que la cualidad de algo se refuerza en presencia de su contrario.

Miguel Guerrero (Almería) aporta una definición precisa de antiperístasis: "acción de dos cualidades contrarias, una de las cuales excita por su oposición el vigor de la otra". Añado que ese concepto puede servir para explicar muchas de las polémicas y posiciones en la vida intelectual o política. En términos vulgares podríamos decir que uno se crece con los ataques del contrario.

Gonzalo Díaz Granda se detiene a considerar el fenómeno de las palabras que se extinguen. Aporta algunas. Resumo las explicaciones que proporciona:

  • badila: pala de metal para reavivar el brasero de carbón y equivalentes.
  • rodaje: periodo de prueba de los coches nuevos. Ya no lo necesitan.
  • pesetero: el que persigue el dinero con afán.
  • quedar como un cochero: quedar fatal porque antes los cocheros iban a la intemperie recibiendo el barro de los andurriales. Me permito disentir. "Quedar como un cochero" es un ñoñismo para no tener que decir "quedar como un cochino". Así pues, la expresión no resulta arcaica.
  • de antes de la guerra: se decía después de la Guerra Civil para indicar que algo era de buena calidad. Ya no tiene sentido, a pesar de la recuperación de la "memoria histórica".
Animo a los libertarios curiosos a que completen la lista de los arcaísmos con otras aportaciones. ¿Se dice todavía "la llave de la luz"? ¿Se dice "tirar de la cadena", aunque hoy los váteres ya no tengan cadena sino pulsador? ¿Qué sentido tiene decir hoy "cocina económica"? ¿Qué fue del "plexiglás"? Me quedo solo en algunos detalles de la vivienda. ¡Qué no será con la ropa, el coche y todos los adminículos de la vida cotidiana!

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