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Amando de Miguel

'Padre' y 'madre', palabras vitandas

Hay noticias que le dejan a uno turulato.

Hay noticias que le dejan a uno turulato.
Padre y madre con su hijo | Pixabay/CC/tunaolger

Hay noticias que le dejan a uno turulato. Resulta que la Junta de Andalucía, revolucionaria ella, ha decretado que desaparezcan las voces padre y madre de los documentos oficiales relacionados con la enseñanza pública. En su lugar se dirá persona guardadora uno y persona guardadora dos. La arbitraria decisión ha sido un triunfo más del LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales). Constituye el grupo de presión más eficaz que hay en España; más incluso que los vendedores de coches, los cineastas o los estibadores. La única crítica que podría hacérsele es que se comporta de una manera exclusivista o discriminatoria al no aceptar otras categorías, como los incestuosos, los promiscuos y los zoófilos.

La Junta de Andalucía declara en consecuencia que ya no se celebrará nunca más el Día del Padre o el de la Madre, puesto que ambas figuras se consideran obsoletas. Ya es triste que los políticos puedan decidir qué palabras existen o no, o qué costumbres deben mantenerse o desterrarse. En muchos idiomas las palabras que señalan al padre, la madre, el abuelo o el tío suelen empezar con los sonidos pa, ma, ba o ta. La confluencia se explica porque son los sonidos de más fácil pronunciación para los niños que empiezan a hablar. (Por cierto, en lugar de "niños" no hay que esforzarse por decir "los más pequeños", como ahora es corriente en el politiqués).

La cosa no acaba aquí. En la comunidad de Cantabria (de soltera "la Montaña") las autoridades están debatiendo si suprimen las vacaciones escolares de Semana Santa. Supongo que las sustituirán por las vacaciones de primavera o cualquier otra cursilada. ¿No tendrán otros problemas que resolver los políticos cántabros?

Las iniciativas que digo se quedan cortas en aras de la extinción del Derecho Romano o las tradiciones cristianas, de acuerdo con nuestro Estado laico, como Dios manda. Por ejemplo, sería congruente que prescindiéramos de la fiesta semanal de los domingos. La cita bíblica de que Dios descansó después de los seis días de la creación debe ser desechada por anticientífica. Además, la fiesta dominical puede molestar a los musulmanes y a los judíos. Lo mejor sería que cada uno se tomara la fiesta semanal según sus conveniencias.

Otra cosa. ¿Qué es eso de que muchos españoles lleven todavía nombres de santos? Nada, nada; a pasar por el Registro Civil y cambiarse los nombres propios. Se admitirán solo los que nada tengan que ver con creencias religiosas. Por ejemplo, en algún país progresista del Caribe hay niños que reciben el nombre de Usnavy. La cosa es bien sencilla. Admiran la arribada a puerto de algunos barcos de guerra norteamericanos que llevan este letrero: "U. S. Navy".

Hablando del santoral. Tenemos en España muchos nombres de accidentes geográficos, de calles y plazas que siguen la ominosa tradición de los nombres de santos. Abajo con ellos.

Como puede verse, falta todavía mucho para llegar a ser un Estado laico de verdad. ¿Cómo es que no se han nacionalizado ya todas las iglesias, catedrales, conventos y similares? Del Museo del Prado se deberían excluir todas las pinturas y esculturas relacionadas con el cristianismo o incluso la mitología clásica. La iniciativa sería imitada enseguida por otros museos públicos y privados. ¿Qué decir de las procesiones de Semana Santa y otras celebraciones religiosas? ¿Hay derecho a que tomen las calles y plazas de algunas ciudades?

Y luego está el símbolo ominoso de la cruz. ¿Qué hacen todavía alzados algunos cruceros en las vías tradicionales? La Cruz Roja ya puede disolverse. Por lo mismo, deben quedar abolidas las condecoraciones que llevan el nombre de la cruz correspondiente. A los súbditos que no se consideran cristianos puede molestar que las farmacias utilicen también el símbolo de la cruz.

Perdónenme el exabrupto. Tómese cum grano salis.

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