Fernando Carrasco Schirmer es una de las muchas personas que me escriben animándome a que me vuelque en LD para compensar mi obligado retiro como profesor activo de la Complutense. Agradezco infinito el afecto de don Fernando y de los "cienes y cienes" que me escriben en la misma dirección. Copio el testimonio de don Fernando por lo que tiene de ilustrativo de lo que imagino que es el perfil de los libertarios:
Nosotros, es decir mi esposa y yo –y creo que puedo hablar en nombre de muchos amigos–, nos consideramos auténticos transgresores: matrimonio joven (primera provocación), con piso propio en zona residencial (hipotecados, pero sin quejarnos ni haciendo el indio en manifestaciones), ¡tres hijos en tres años! (con lo mal vista que está la familia, nosotros somos ya familia numerosa) y además cristianos (de los de Misa dominical, dejemos lo de practicantes para los ATS) y votantes del PP (como mal menor). En nuestra lista de bodas no había ceniceros ni vajillas, más bien diccionarios y gramáticas, lo que llama más la atención, si cabe, porque somos "de ciencias".
María Virginia Chocarro Cerviño (argentina residente en Almería) se lamenta de que haya tenido yo que salir de la Universidad Complutense. "Lo que me entristece es que, en esta España de mis abuelos y que hoy siento muy mía, se precie cada día más lo mediocre y se haga partir a aquellos que valen y son la sal de cada día". Agradezco los elogios, pero no es ocasión para el dramatismo. Si salgo de España a dar una conferencia o un curso, eso no equivale al destierro. Seguiré enseñando de mil maneras todo lo que sé esté donde esté. Sobre todo, la internet no ocupa lugar. Recibo cientos de cariñosos emilios con la súplica de que "no nos deje para irse a Texas". Pero "Universitarios sin fronteras" fue la primera ONG del mundo. Me sumo a ella. Las Universidades se crearon en la Edad Media precisamente para romper los límites territoriales que marcaba el feudalismo. Esas primeras Universidades fueron internacionales.
Fernando Íscar y María Luisa Gallego (antiguos compañeros de fatigas en los intensos años de estudiantes en los Estados Unidos) se congratulan de mi anunciada estadía en Texas. Esperan que "cuando vuelvas se haya arreglado un poco esta España nuestra. ¿Recuerdas con qué envidia veíamos la democracia americana cuando llegamos a aquel país?" [en los años del Presidente Kennedy]. Es cierto que hemos logrado alcanzar la deseada democracia, pero todavía es para nosotros una fruta agraz. Por lo menos en el modo de vida cotidiano y por lo que respecta a la comodidad, ya no hay grandes diferencias entre España y el resto de las naciones adelantadas.
José Luis Romero Sevillano (maestro nacional jubilado) se pone en mi lugar para lamentar la cantidad de alumnos a los que ya no puede enseñar. Su esposa es también maestra nacional jubilada y ambos me reiteran su simpatía en este rito de tránsito que es mi jubilación. Vaya mi agradecimiento para ese gesto de simpatía que alcanza a cientos de libertarios. Me es imposible contestar a todos ellos.
Joaquín Ramírez (Córdoba) me dedica este epigramilla, como él dice:
Quedan pocos como él:
culto, liberal, coñón y barbón.
Es Amando de Miguel
Mi vanidad queda cubierta.
Alfredo Llaquet-Alsina (Pueblo Nuevo, Barcelona) comenta lo agradable que fue la conversación de La Linterna, en la que intervino Gotzone Mora. Doña Gotzone, dice don Alfredo, "pertenece a una versión mejorada de seres humanos, una versión de valientes enormes, de moral incorruptible y ánimo infinito". Así es. Me pregunta don Alfredo por la significación de Gotzone. Muy sencillo. Muchos nombres propios femeninos en vasco terminan en "e". En ese idioma gotzon o aingeru significa "ángel". Así que Gotzone es María de los Ángeles o Angelita. Precisamente, para denigrarla, los nacionalistas vascos la llaman "Angelita la fanática". Cree el ladrón que todos son de su condición. Para mí, que Gotzone se parece mucho a mi aingeru jagolea (= ángel de la guarda). Doy cuenta de ese misterioso personaje en una próxima novela que espera su editor.
Agustín Fuentes me anuncia algún comentario sobre mi "heptálogo" para distinguir las lenguas de comunicación (de relación o internacionales) de las étnicas. Bienvenido sea. Yo mismo lo encuentro demasiado hético sin que tenga que llegar a ser ético. Quiero decir que el repertorio de medidores lo he engordado hasta diez puntos. Así que el heptálogo es ya un decálogo en toda regla. Ahora sí que va a ser posible determinar cuántos puntos, en una escala de 0 a 10, tiene una lengua para ser considerada de comunicación (de relación o internacional). Si la nota supera el 5 nos acercamos a ese polo de la internacionalidad y, si está por debajo del 5, nos aproximamos a la calificación de etnicidad. La clasificación no es un mero ejercicio académico; sirve para llenar de contenido la política lingüística. Ojalá se diera cuenta el Gobierno de que el idioma español es el activo más característico con que cuenta la economía española.
