Menú
Amando de Miguel

Política de sobremesa

Por cierto, acabo de escuchar la última patochada de la Clinton. Como tiene que ganar votos en Pennsylvania (donde hay muchos católicos), ha dicho que el Estado del Vaticano es admirable, pues no contribuye nada al calentamiento global.

José Mª Navia-Osorio me da cuenta de un curso que ha seguido para "ejercitar la memoria". Lo organiza el Gobierno de Asturias. Me pregunto si ese despilfarro tendrá algo que ver con la famosa "memoria histórica". Precisa don José Mª que su opinión respecto al panorama político no es que Rajoy deba elegir una equipo nuevo, sino que Rajoy debe irse con todo el actual equipo. El argumento central del de Oviedo es que los militantes deben elegir a los compromisarios que vayan al congreso del partido, los que, a su vez, deben elegir al secretario general. Es evidente que se hace al revés, por lo que "no hay ninguna democracia interna". Añado que esa democracia interna es una exigencia de la Constitución. ¿Cómo van a jurar los altos cargos "guardar y hacer guardar la Constitución" si no hay democracia en los partidos?

Don José Mª se toma a chacota el invento de los nuevos ministerios. Echa en falta un ministro o ministra de Memoria Histórica y de Educación de los Ciudadanos. Aplaudo la iniciativa. Habría que completarla con un Ministerio de la Verdad (el antiguo de Información), otro de la Libertad (antes Interior), otro de Calentamiento Global (antes Industria). Por cierto, acabo de escuchar la última patochada de la Clinton. Como tiene que ganar votos en Pennsylvania (donde hay muchos católicos), ha dicho que el Estado del Vaticano es admirable, pues no contribuye nada al calentamiento global.

José Mª Navia-Osorio vuelve con sus recuerdos de la infausta nochevieja de 1999. La "sala de crisis" en donde estaba el de Oviedo se percató de que la progresión de los husos horarios en el mundo no evidenciaba ninguna catástrofe. Pero la tesis oficial se siguió manteniendo hasta el final. "¿Cómo no iba a haber desastres si los expertos habían augurado mil tragedias?"

Remedios Berdioles Fraga sostiene que lo del "efecto 2000" no fue un bulo. Según su experiencia en el trabajo informático, en la noche de San Silvestre de 1999 fallaron pocas cosas en los ordenadores, pero algunas fallaron.

Vicente Boquera recuerda a su padre, juez, quien ante la denominación de "Jueces para la Democracia" (a la que él no pertenecía), decía extrañado: "Entonces ¿qué soy yo, un juez para la dictadura?". Desde luego, a mí me repugnaría el hecho de una asociación que fuera "Sociólogos para la democracia". Claro que, después de la cantinela de "nosotros, los demócratas", se podría alzar una asociación llamada "Demócratas para la democracia".

Luis Labredo (Redlands, California, USA) está de acuerdo conmigo en que se avecina una gran depresión económica. La razón que da don Luis es que "es posible que Obama sea el próximo presidente americano". Esa predicción también la avancé algún tiempo, antes de que comenzaran las primarias. La razón es el mimo con que trata la televisión norteamericana al yerno de Spencer Tracy. Ante el avance de la crisis, don Luis argumenta: "Lo único que nos puede salvar de la catástrofe es que los musulmanes no se hayan enterado de aquello de nunca asesines a alguien que está a punto de suicidarse".Menos mal que el de California reconoce que es optimista.

Pedro M. Araúz Cimarra (Manzanares de la Mancha, Ciudad Real) se lamenta del ridículo que hicieron en su hospital con ocasión del "efecto 2000". Por lo mismo se suma a la sensación de un nuevo ridículo que estamos haciendo con lo del "calentamiento global". Añado que, desgraciadamente, en la Historia ha habido muchos más casos de histeria colectiva, perfectamente manipulados por los poderosos. La cuestión es tener amedrentado al pueblo. El oscurantismo siempre produce réditos a los poderosos.

Mario Giménez está de acuerdo conmigo en que el acto de "prometer", en el caso de los altos cargos, es algo menos valioso que el de "jurar". A mi modo de ver, la sustitución del verbo "jurar" se corresponde con la idea de prescindir de Dios en la vida corriente. Lo de "prometer" es una pálida imitación de las costumbres cívicas de los Estados Unidos, donde los boys scouts "prometen" portarse bien. En cambio, el presidente de los Estados Unidos "jura" cuando toma posesión del cargo. Claro que ninguno de los dos verbos se aplica verdaderamente a España. ¿Pues no ha prometido Zapatero guardar y hacer guardar la Constitución? Es evidente que no ha cumplido su promesa. También es cierto que no está previsto el modo de pedir responsabilidades por ese acto de perjurio, que es más bien de felonía.

En Sociedad

    0
    comentarios