Jesús Medina me transmite una reflexión en voz alta: "¿Por qué las feministas suelen ser las menos femeninas?". Hay de todo, naturalmente, pero, en efecto, el feminismo esconde muchas veces una profunda aversión hacia los varones, que se da preferentemente en algunas mujeres con apariencia "machorra". Esa voz se aplica a las hembras estériles de algunos animales domésticos, como las ovejas, pero se puede extender a la especie humana, y que nadie se moleste. Por lo mismo que hay varones de apariencia afeminada (que suelen ser muy creativos), hay mujeres de apariencia machorra (que suelen ser muy enérgicas). En definitiva, el feminismo es una suerte de sexismo. Y si no, recuérdese esa estúpida iniciativa de la ministra del ramo para crear "bibliotecas de mujeres", en las que solo se guardarán libros escritos por mujeres. Me pregunto qué harán con las enciclopedias. De los diccionarios, supongo que quedará el de María Moliner y estará ausente el de Manuel Seco, si bien uno de sus colaboradores es Olimpia Andrés.
José Rafael Sáez March me envía un largo memorial en el que define muy bien los rasgos ideológicos del régimen actual español. Los sintetizo:
- Monismo político (= no división de poderes).
- Limitación de la libertad.
- Pensamiento único.
- Legislación propia sustitutoria (de los principios constitucionales).
- Moral de Estado (que sustituye a la moral individual).
- Populismo (= adhesión nacional del pueblo).
- Oligarquía dominante
- Ruptura y aislamiento internacional (excepto con algunos regímenes populistas).
- Control o anulación de la familia.
- Denuncia intrafamiliar (de los hijos contra los padres).
- Instrumentalización de la enseñanza.
- Monopolio de los medios de comunicación.
- Reescritura de la Historia.
- Captación de ideólogos de prestigio.
- Control o eliminación de la religión.
Fernando Caparrós se maravilla de que últimamente se habla mucho del cambio climático y del calentamiento global, pero ya no nos dan la vara con lo de la capa de ozono. "¿Se habrá solucionado ya el problema o simplemente ha pasado de moda?". La pregunta es retórica y se contesta por sí sola. Mi opinión es que se trata de gigantescas supercherías para amedrentar al vecindario. No son las únicas de la Historia. Estoy escribiendo un libro sobre el asunto en colaboración con Carlos Rodríguez Braun. Tendrán noticias.
José Mª Navia Osorio, "pepero" muy comprometido, se pregunta: "¿Por qué razón, que se escapa a los mortales, la nueva dirección del PP quiere perder las próximas elecciones? Tiene que haber alguna estrategia oculta, pero yo no la capto". Aduce para su sospecha el caso del portavoz Esteban González Pons, a quien considera una de esos "ateos confesos y enemigos viscerales de la Iglesia Católica". La verdad es que, si es así, da qué pensar. Esperemos que, si el PP llega al poder, no nombren a González Pons embajador en el Vaticano. Hay precedentes.
José Mª Navia Osorio echa de menos la situación de algunos países en los que se tira de referéndum a troche y moche, vamos, que aquí "se referendea" poco. Sugiere algunas consultas: "¿Por qué no nos preguntan que pensamos de las autonomías? ¿Nos gusta todo el problema que se ha creado artificialmente con las lenguas regionales? ¿Nos gusta que ya sea casi imposible para un funcionario, profesor, médico, etc. trasladarse de una región a otra? ¿Tenemos algún interés en que los parlamentos regionales se gasten nuestro dinero en redactar 17 leyes iguales sobre un mismo tema? ¿Nos gusta que se rompa España?"