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Amando de Miguel

Política sin ir más lejos

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano tenía una corte municipal de 289 altos cargos. Su sucesor, Alberto Ruiz Gallardón dispone de 1.103 altos cargos. Ese incremento de gasto supone un presupuesto anual de más de 70 millones de euros.

José Miguel Silva me envía una documentadísima investigación histórica sobre la bandera española. Interesa su reproducción:

En el Museo Naval de Madrid se encuentran los bocetos originales presentados a Carlos III para su elección de la bandera nacional de la Armada Española. Se decantó por la actual roja y amarilla en 1785 para todos los buques y navíos de guerra de la Real Armada, y por la amarilla con 2 franjas pequeñas intermedias para los buques mercantes españoles.

Posteriormente, en 1793, la bandera de "guerra" naval se hizo extensiva a las plazas y puertos navales de la Armada, pasando así "a tierra".

Varios diputados durante el asedio a Cádiz durante la Guerra de la Independencia presentaron una bandera roja y amarilla (no me gusta lo de rojigualda porque nunca utilizo ni oigo a nadie referirse al color gualda) quizá para algún batallón de milicias o como divisa de algún grupo de liberales, de los muchos que abundaban en aquellos años por la sitiada ciudad gaditana. Esta bandera creo que aún puede verse a la entrada del Congreso de los Diputados de Madrid, con algún emblema parecido a alguna cabeza, si no me equivoco, pero lo cierto es que no lo recuerdo.

Lo cierto es que los citados colores adquirirían cierta popularidad entre los sectores liberales españoles, de ahí que durante el Trienio Liberal, concretamente en 1821, los batallones de milicias nacionales que surgieron amparados por el Gobierno progresista, que tenían entre sus funciones básicas proteger el régimen constitucional (recordemos que la Constitución de 1812 fue reinstaurada durante este trienio), la llevaron incluso por ley. Existen en cualquier buena página web sobre vexilología ejemplos de estas banderas de milicias constitucionales, como la de del partido de Cabeza de Vaca (Badajoz), que además tiene escrita claramente la palabra "Constitución".

El ejército regular seguía con sus banderas blancas, a veces con el bonito escudo regimental si se trataba de la enseña coronela, o con las Cruces de Borgoña rojas con escudos diversos según cada regimiento en el extremo final de cada aspa.

Si tuviéramos que decir cuál era realmente la bandera de España, sería ésta de los ejércitos o cualquiera que llevara las armas de la Monarquía Española, tal era aún la identificación de la Nación con la Corona.

Al estallar la Primera Guerra Carlista en 1833, las banderas siguieron como hasta el momento, incluso por ambos bandos (los carlistas abusaban de imágenes religiosas generalmente sobre fondos blancos). Tras el golpe de estado de La Granja de 1836, se reinstauró de nuevo un Gobierno progresista y éste no tardo en convertir la Guardia Nacional, una unidad militar surgida en 1835 y heredera de las anteriores milicias urbanas, en Milicia Nacional, a imagen de la del pasado Trienio Liberal, entonces los batallones de milicianos nacionales volvieron a utilizar la bandera roja y amarilla. Incluso los batallones de la Legión Británica que apoyaban al gobierno liberal portaban una bandera con estos colores.

Al terminar en 1840 la guerra, la bandera roja y amarilla era ya de por sí uno de los emblemas de la España liberal, por eso durante la regencia "progresista" de Espartero (aunque quizá ya se nombrara a Isabel II reina, no recuerdo la fecha), se instaura por Real Decreto la actual bandera roja y amarilla como la bandera nacional de España, tanto a nivel militar como civil.

Así siguió siendo hasta la II República, que introdujo la franja inferior morada, como todos sabemos. Evidentemente el escudo cambió con los diferentes reinados.

Ésta creo que es, desde mi humilde opinión de sociólogo y amante de la historia, la realidad de la bandera española actual, que paradojas de la vida, ha pasado de representar a los liberales, progresistas y constitucionalistas, a identificarse por casi toda la izquierda y aún la derecha como la bandera de Franco y de los "fachas".

Desgraciado país, inculto e ignorante; estamos condenados a repetir nuestro miserable pasado.

Me permito añadir una ilustración personal. He estado unos días en un congreso celebrado en San Antonio de Texas (USA). Una primera impresión de la ciudad es que no hay grafitos en las paredes y que por todas partes hay banderas, normalmente la de los Estados Unidos y la de Texas. En los edificios históricos ondean también a veces las banderas de la Confederación, la de México y la de España (normalmente la blanca con la cruz de San Andrés o la de la corona de Castilla). Los españoles recordamos con vergüenza (ajena) el gesto de Zapatero cuando, en un desfile, no se levantó al paso de la bandera norteamericana.

Eduardo Fungairiño plantea una pregunta tan ingenua como interesante:

Y a propósito de Falange Española y la Ley de Memoria Histórica ¿qué va a pasar con la agencia de noticias EFE? ¿No debiera cambiar de nombre? Que yo sepa EFE quiere decir F de Falange, y fue fundada el 3 de Enero de 1939 en Burgos, donde estaba entonces la sede del Gobierno Nacional.

Mi pregunta es más radical. ¿Qué va a pasar con todos los "pantanos" inaugurados por Franco? En buena lógica habría que dinamitar todas esas presas que inundaron tantos paradisíacos valles españoles. Lo cual sería un disparate, pero no demos ideas.

Felipe Montero da cuenta de un dato muy interesante. El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano tenía una corte municipal de 289 altos cargos. Su sucesor, Alberto Ruiz Gallardón dispone de 1.103 altos cargos. Ese incremento de gasto de personal en puestos de alta dirección supone un presupuesto anual de más de 70 millones de euros. Don Felipe se pregunta por qué los sindicatos o los partidos de la oposición no han dicho ni una palabra a propósito de ese engrosamiento del fichero de altos cargos que corresponde a la ciudad de Madrid. ¿Qué pasará con las otras grandes ciudades españolas?

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