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Amando de Miguel

Quietos todos

Se nos dice que el público ha perdido de repente el impulso de viajar. Se nos ofrecen viajes de una semana a Cancún u otros paraísos, una semana, todo incluido, por cien mil pesetas. Supongo que los viajes a Egipto o a la India estarán por los suelos. Los congresos profesionales solo registran media entrada. Auguro que la teleconferencia, ese invento que no acaba de cuajar, va a recibir un inesperado impulso. Volvemos a una nueva Edad Media, cada uno en su sitio, sin moverse. Quizá sea una enfermedad pasajera. De momento los norteamericanos la padecen más que los europeos.

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