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Amando de Miguel

Reconocimiento de errores

La eutrapelia es muy fácil de definir. Consiste en una broma o chanza no demasiado hiriente, que sirve para contrapesar el aire serio o solemne de algún concurso de personas.

César Rodríguez Docampo no está de acuerdo con la expresión "Lengua viva" que da título a estas confidencias. En su lugar propone "lenguaje". Bien, propiamente en este corralillo de las palabras nos ocupamos del lenguaje, esto es, del "conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente" (DRAE). Pero, por una feliz metonimia (el signo por la cosa), nos referimos a la lengua en un sentido parecido. Quizá la sutil diferencia es que lengua se refiera al lenguaje escrito o codificado. En cambio, puede haber un lenguaje del cuerpo, de imágenes, de símbolos, en cuyo caso la definición oficial que acabo de citar se queda corta. Aquí nos referimos muchas veces a esos lenguajes no escritos, pero en lo fundamental es la lengua común de los españoles lo que nos interesa. Después de todo, esta paginilla se escribe en español.

Aprovecha don César para hacerme otra cariñosa corrección. Cuando me refiero a la Psiquiatría (= ciencia del alma) y no a la Siquiatría (= ¿ciencia de los higos?), opto por esa misteriosa psijé (= alma). Don César matiza que, originariamente, psijé significa "mariposa". De ahí pasó a "cosa sutil", "viento alado" y por fin "alma". Ignoraba esa desviación y me enriquece mucho hacerla mía. ¡Gran intuición la de considerar el alma como una mariposa! Ahora entiendo la dulcísima metáfora de Juan Ramón Jiménez: "mariposas blancas".

Joaquín Ramírez me llama sinceramente "maestro", aunque no haya sido alumno mío. Es un honor para mí recibir esa atención. Me señala don Joaquín algunas faltillas. Por ejemplo, cuando digo "millones de enjambres de moscas". Mi simpático "discípulo" advierte que bastaría con "enjambres de moscas" o "millones de moscas". Tiene razón, pequé de hiperbólico. Sostiene don Joaquín que está mal la voz guirigay, que yo escribo así, y que tendría que ser guirigai. Disiento. Siempre se escribió guirigay (= confusión, gritería, como cuando en las tertulias hablamos varios al tiempo). Don Joaquín no está de acuerdo con el nipólogo sobre el carácter heroico de los kamikazes japoneses. "Nunca saltaban en paracaídas". En definitiva, era admirable su patriotismo, pero eran suicidas. Ahí dejo la polémica. Habrá que volver al guirigay nacional, expresión que popularizó Santiago Tamarón.

José Mª Navia Osorio, corresponsal fijo de esta seccioncilla, insiste en que le "parece imposible traducir la voz eutrapelia" al bable, e incluso al castellano. Añade, "es como exigir que se describa una escalera de caracol con las manos en los bolsillos". Hombre, claro que se puede describir una escalera de caracol sin utilizar las manos. Dice el DRAE: "escalera de caracol: la de forma espiral, seguida y sin ningún descanso". Se puede mejorar: construcción para subir o bajar por escalones dispuestos en forma helicoidal, sujetos a un poste vertical. No necesito las manos para transmitir una idea tan simple.

La eutrapelia es muy fácil de definir. Consiste en una broma o chanza no demasiado hiriente, que sirve para contrapesar el aire serio o solemne de algún concurso de personas. Es una palabra griega tan perfecta y eufónica que así pasó al latín, al castellano y supongo que al bable. Es eutrapelia el recurso de la frase chistosa con que comienzan muchos discursos ceremoniosos. La función de los antiguos bufones era la de dejar caer unas gotas de eutrapelia en la magnificencia de la Corte.

Concluye don José Mª con la iniciativa de que añadamos la Ñ a los símbolos nacionales como el toro de Osborne. En la cubierta de mi libro La lengua viva se juega con el símbolo del moño de la Ñ que es también la lengua que sirve para discutir.

Evaristo Fernández (Oviedo) sostiene que "la palabra eutrapelia tiene truco, es bastante rara y prácticamente ningún diccionario on-line la localiza, exceptuando el de la RAE". Añado que eutrapelia está ya en el Tesoro de Covarrubias y en el Manuel Seco.

Juan Díaz-Laviada afirma que eutrapelia en bable se dice "vas reíte del tu padre".

Lorenzo Martínez me critica algunas imprecisiones. Por ejemplo, cuando digo que los chisperos son, en castizo madrileño, los obreros del metal o la electricidad. La observación de don Lorenzo es pertinente, pues en el siglo XVIII madrileño había majas y chisperos, pero no existía la electricidad. Cierto es. Quizá los primeros chisperos madrileños eran los de las fraguas, gente de los barrios populares. Más tarde la calificación quedó de forma más amplia para los obreros del metal. Todavía con el paso de los años esa calificación se amplió a los electricistas, llamados también chispas. Es clara la metonimia de un soldador o un electricista como "chispa".

Más razón tiene don Lorenzo al advertir (= señalar) que la frase "La DGT advierte que …" (= aconseja) exige un "de que". Si lo puse mal, rectifico.

Don Lorenzo me reprocha mi conclusión de considerar que "buenísimo" y "óptimo" como dos variantes del superlativo de "bueno". Él cree que son cosas distintas. "Buenísimo" equivale a "muy bueno" y "óptimo" a "lo mejor". Me parece un extremo de sutileza, pero lo acepto. Añade don Lorenzo un dato interesante: "Los romanos llamaban a Júpiter,óptimus máximus, lema copiado por alguna orden religiosa cristiana ─creo que los benedictinos─ con Deus, óptimus máximus, abreviado D.O.M". Pregunto: ¿Las siglas DOM no se aplican a los dominicos? A ver si alguien me resuelve la duda. Otra. Es verdad que elDomantecede a los nombres de los benedictinos, ¿pero no será la contracción deDóminus? Pido ayuda.

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