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Amando de Miguel

Retórica divertida

Es un truco retórico que se emplea a veces en los anuncios. Recuérdese: "si bebes, no conduzcas". Queda más suasorio que "cuando se beba alcohol, no se debe conducir un vehículo".

El capítulo de palíndromos (se leen lo mismo al revés) empezó como una broma ocasional, pero lleva trazas de generar una especialidad. Moisés Fernández me envía un nuevo acopio de palíndromos. Selecciono estos cuatro para que sirvan de estímulo a ulteriores hallazgos:

  • Se trama, Roma le dará su hereje, rehusará del amor a Martes.
  • Aminore, Jeromina.
  • Roza las alas el azor.
  • A tu pene puta.

Por si fuera poco, José Manuel Expósito me señala que el mayor compositor español de palíndromos, Víctor Carbajo, ha escrito más de 16.000. Se pueden consultar en esta página web. Decididamente, hay gente para todo.

Rafael Rodríguez me envía dos complicados palíndromos:

  • "A mas, a plan, a canal: Panamá" (Atribuido a un asesor del presidente Theodore Roosevelt para su campaña electoral. Uno de los puntos del programa era la construcción del Canal de Panamá). Añado que Teddy Roosevelt tenía fama de hombre deportivo, arriesgado, duro.
  • "¡Novias! Al bobo Rafa robó Blas a Ivón".

Claudio Verdú, experto en palíndromos, ha compuesto el que sigue con ocasión de la candidatura de Miguel Sebastián para alcalde de Madrid. No han podido encontrar una candidata. Dice el palíndromo: "A ti. Como a Madrid añadieron líderes (Sebas: ¿sabes ser edil?): no reid, añadir dama o mocita". Me alegra la confesión del ingenioso don Claudio: "Me he estado planteando, ya desde hace algún tiempo, afiliarme al PP". Su decisión se ve reforzada después de lo leído "sobre mi incorporación al citado partido de nuestros dolores".

Don Claudio me envía algunos palíndromos que ha dedicado a José Bono con ocasión de la espantá que hizo al ofrecimiento para ser candidato a la alcaldía de Madrid. Helos aquí:

  1. Oiré, sonó, Bono se rio.
  2. Oir eso: no Bono se rio.
  3. ¿Oiré son o Bono se rio?
  4. Oir, ¿es o no, Bono serio?

Me quedo con el cuarto y con el ingenio lingüístico de don Claudio, suficientemente probado. Definitivamente, es nuestro primer palindromólogo.

Juan Llamas-Oviedo me envía un "palíndromo macabro": ETA mate.

Luis Gómez Bueno (Madrid) me cuenta que la famosa escritora Lucía Echevarría comentó que murciélago era la única palabra española que contenía las cinco vocales. Un lector de ABC, José Fernando Blanco Sánchez, envió al periódico esta réplica en forma de carta con un sinfín de palabras que contienen las cinco vocales:

Mi estimada señora:

Piense un poco y controle su "euforia". Un "arquitecto" "escuálido", llamado "Aurelio" o "Eulalio", dice que lo más "auténtico" es tener un "abuelito" que lleve un traje "reticulado" y siga el "arquetipo" de aquel viejo "reumático" y "repudiado", que "consiguiera" en su tiempo, ser "esquilado" por un "comunicante", que cometió "adulterio" con una "encubridora" cerca del "estanquillo", sin usar "estimulador". Señora escritora, si el "peliagudo" "enunciado" de la "ecuación" la deja "irresoluta", olvide su "menstruación" y piense de modo "jerárquico". No se atragante con esta "perturbación", que no va con su "milonguera" y "meticulosa" "educación".

Luis Rubio critica el estilo coloquial de algunas de las misivas que me envía José María Navia-Osorio, concretamente el recurso de la segunda persona de algunos verbos. Don Luis opina que ese recurso es "un descuido que hay que evitar en provecho de la precisión lingüística, de la coherencia que en toda gramática textual se exige y de la cortesía". No estoy de acuerdo. Cierto es que en los escritos académicos o profesionales no cabe ese relajamiento que consiste en introducir la segunda persona. Es un modo de hablar y de escribir propio de un lenguaje coloquial. Curiosamente lo he registrado en algunos exámenes de alumnas, no de alumnos varones. Es un truco retórico que se emplea a veces en los anuncios. Recuérdese: "si bebes, no conduzcas". Queda más suasorio que "cuando se beba alcohol, no se debe conducir un vehículo". En alguna ocasión yo mismo me he permitido el lujo retórico de introducir la segunda persona como un dispositivo para lograr la atención del lector. Es algo que se hacía ocasionalmente en los textos clásicos. Supongo que es una derivación del latín. Así que, libertario que hasta aquí has llegado, ¿no te parece que es buena esa liberalidad?

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