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Amando de Miguel

Retóricas renovadas

Lo de la desmesurada retórica oficial a veces es simple ridículo. Por ejemplo, Zapatero se plantea ahora una economía "medioambientalmente sostenible", con un millón de "empleos verdes". De momento, nos comparamos con la pobre Grecia y respiramos.

Me fascina la continua renovación del habla, sobre todo la que afecta a los hombres públicos (incluyendo las mujeres públicas, claro está). Por ejemplo, asegura el valido del Gobierno, el gran visir montañés: "Hay aroma final de ETA". Tenemos que congratularnos todos de esa impresión general de que oteamos (u "oteguiamos") el fin de la ETA, su autodisolución. Claro que ese acto final no puede consistir solo en la "entrega de las armas". Entre otras razones, porque siempre se pueden comprar otras más nuevas. Ni siquiera basta con la declaración simbólica de que los terroristas "abandonan las armas" para recurrir a la vía pacífica de las elecciones. Todo eso es retórica de la mala si no se completa con la conducta coherente. La cual es, para empezar, estrictamente económica. El cálculo es muy sencillo. Hay que estimar cuánto vale en euros el conjunto de estragos que ha ocasionado la ETA durante medio siglo. Se incluye el aparcamiento de Barajas que destruyeron con una bomba. Añádase la suma de todo el dinero que han obtenido los asesinos a través de extorsiones, es decir, robos a mano armada (nunca mejor dicho). No para ahí la cosa. Por cada una de las 900 víctimas mortales de la ETA estímese la compensación económica que determinan las leyes. Hágase la suma de todo y empiecen a pagar. Hasta que no terminen de hacerlo los terroristas y sus secuaces tendrán que residir en la cárcel. Eso es el auténtico "fin de la ETA"; todo lo demás, macanas.

Lo de la desmesurada retórica oficial a veces es simple ridículo. Por ejemplo, Zapatero se plantea ahora una economía "medioambientalmente sostenible", con un millón de "empleos verdes". De momento, nos comparamos con la pobre Grecia y respiramos. En España hemos llegado al "crecimiento del 0,0%" del pastel económico. Así que esos eran los "brotes verdes" de hace un año. Antes lo "verde" era despreciativo: viejo verde, chiste verde, ponerle verde a uno. Ahora lo verde es lo taumatúrgico.

En ocasiones las modas retóricas son más inocentes. Por ejemplo, José Antonio Martínez Pons anota que ahora se repite mucho lo de "democracia" y derivados, muchas veces sin venir a cuento. Tiene razón el mallorquín. Resulta sospechoso lo de "nosotros, los demócratas", sobre todo, cuando se repite tanto. Más curiosa es la apelación continua a los "ciudadanos". No se sabe si incluye a los niños, a los turistas extranjeros o a los españoles residentes en otros países. Hay, incluso, un valiente partido de "Ciudadanos de Cataluña", que se escribe C's. Me pregunto si los que votan a los otros partidos de Cataluña no son también "ciudadanos".

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