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Amando de Miguel

Significados

Sobre la misteriosa endotimia recibo algunos ilustrados imeils. Jorge Castelao Naval me proporciona la definición de Philipp Lersch: “La capa de la persona que es portadora de la vida anímica, la esfera de vivencias que proceden de la profundidad del ser que se halla debajo del Yo consciente”. Interesante.
 
Claudio Verdú Egea (Rivas-VaciaMadrid, Madrid) añade que es un concepto aportado por Juan José López Ibor en 1966, en el sentido de “tristeza, depresión, daño moral”. De momento es un término técnico, pero que podría popularizarse en vista de lo general que es el estado de tristeza, el ánimo depresivo.
 
Jaime Lerner (Israel) aduce un texto de Juan José López Ibor, hijo, en el que describe la “timopatía ansiosa” descrita por su padre. Se refiere a que algunos pacientes neuróticos se recuperaban gracias a un proceso endógeno, endotímico. Los diccionarios de uso no han acertado a definir la endotimia y sus derivados.
 
Fernando Echávarri (Pozuelo, Madrid) sostiene que hay una gran confusión con eso de las altas y las bajas en los hospitales. Oficialmente, como señala el DRAE, el alta equivale a “la autorización que da el médico para la reincorporación de un paciente a la vida ordinaria”. Se sobrentiende que ese rito de paso lo es después de una estadía en el hospital o tras una enfermedad. Pero don Fernando, que es médico, entiende que “cuando uno ingresa en el hospital, debe ser dado de alta en el mismo y, cuando se va, recibe la baja”. Parece lógico, pero aquí queda dicho que en el lenguaje, junto a la lógica, cuenta la tradición. En este caso el alta y la baja de un enfermo se dice desde le punto de vista de su participación en las tareas productivas de la sociedad, no de su entrada o salida del hospital. Con ello se determina que la obligación primordial del enfermo es curarse, o la del hospital, curarlo. Ese paso supone el alta en el sistema productivo, dicho sea de la forma más amplia posible, no solo económica.
 
Francisco Javier Alberdi Arruabarrena se pregunta si la palabra audiencia es lógico que se entienda como el conjunto de lectores, oyentes o espectadores de los medios de comunicación. Aduce que audientia en latín no significa nada de eso. Entiendo que es así, pero en la Roma clásica no había nada parecido a medios de comunicación masiva. Posiblemente lo correcto tendría que haber sido emplear la voz auditorio, en el prístino sentido de “conjunto de oyentes”, y, por extensión, de lectores o de espectadores. Pero se impuso audiencia a través del inglés audience. Ya no hay nada que hacer. En latín audientia es propiamente “atención”; así, es fácil derivar lo de “conceder audiencia”. Como ocurre tantas veces, una misma palabra significa cosas distintas. Esa es la gracia del lenguaje. Desde luego, los diccionarios de uso admiten con naturalidad que la audiencia es el conjunto de receptores de un medio de comunicación masiva, sea escrito, radiofónico o televisivo. Así pues, los libertarios digitales también son audiencia con todos los honores.
 
Jean Desvars (Concepción, Paraguay) quiere saber por qué digo yo: “El hombre es lo que escribe, que se podría decir mejor en alemán”. Reconozco que la frase es un tanto enigmática. Uno no dice siempre todo lo que quiere decir, sobre todo porque en estos escritos del corralillo ando siempre con la obsesión de ahorrar palabras. Hay una frase famosa del filósofo alemán Ludwig Feuerbach,Der Mensh ist was er isst(= el hombre es lo que come). La afirmación implica la base orgánica o materialista de la personalidad. Mi impresión es que se trata de una frase hecha en alemán, basada en la semejanza entreist(= es) eisst(= come). Seguramente, Feuerbach la recogió de la tradición popular. Lo que hago es parafrasear el dicho alemán con la forma “el hombre es lo que escribe”. Así indico que nuestro lenguaje escrito trasluce muy bien nuestra forma de ser o de pensar. Bueno, el oral también. Al final no somos más que palabras, el origen de todo según la misteriosa expresión del Evangelio de San Juan (In principio erat Verbum). Esa Palabra primordial es también la Sabiduría.

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