Menú
Amando de Miguel

Sobre diccionarios y ortografías

Miguel Fraile Vicente (Zaragoza) se pregunta por qué seguimos diciendo “Real Academia de la Lengua Española” o, peor aún, “Real Academia Española de la Lengua”. El nombre verdadero es “Real Academia Española”. En efecto, se dice así porque fue la primera de las “reales academias” que vinieron después. Creo que tiene derecho a esa primacía a través de su nombre auténtico: “Real Academia de la Lengua”. El famoso diccionario DRAE se titula realmente Diccionario de la Lengua Española por lo que su acrónimo debería ser DEL. Pero lo seguiremos llamando DRAE (Diccionario de la Real Academia Española). Tampoco está mal. Don Miguel tiene una duda, si el lema “limpia, fija y da esplendor” significa que “la Academia está limpia y es fija (adjetivos), o limpia y fija el idioma (verbos)”. Él cree que es lo segundo; yo también. A saber.
 
Don Miguel avanza una proposición más discutible: “los errores que cometemos al usar el idioma solo son graves faltas si dificultan la comunicación”. Pone como ejemplo móvil: “No es muy terrible escribir movil por móvil”. No estoy de acuerdo. Si yo leo movil sin acento, tiendo a leerlo como aguda, lo que dificulta bastante la comunicación. En cambio, personalmente, y de acuerdo con la Real Academia Española, escribo el adverbio solo sin acento porque esa es la regla general (palabra grave terminada en vocal). Y no suele haber confusión posible. Lo de solo con acento es una pequeña infatuación del idioma, ya de por sí bastante retorcido.
 
Yolanda Velasco García me pide la referencia exacta del diccionario Redes. Ahí la tiene: Ignacio Bosque y colaboradores, Redes. Diccionario combinatorio del español contemporáneo (Madrid: SM, 2004). ISBN: 84-675-0276-02. Es un instrumento muy útil para saber qué palabras van con qué palabras. Es un trabajo de chinos, es decir, admirable.
 
Iraida Reina (Venezuela) me dice que no encuentra en el DRAE algunas palabras que yo utilizo, como redargüir o a bote pronto. Pues sí están recogidas en el DRAE; mírelo bien. Le recomiendo el Diccionario de Seco y colaboradores. Es el que trae más expresiones coloquiales.
 
Joaquín Rodríguez (Córdoba) tiene la duda de si el plural de cursi es “cursis” o “cúrsiles”. Me suena más “cursis”, los que son ridículos pretendiendo ser finos y elegantes. Ahora decimos más bien “horteras”. Francisco Silvela (líder del Partido Conservador) y Santiago Liniers publicaron una obra satírica sobre “los cursis”. Parece que la voz cursi nació en Cádiz a mediados del siglo XVIII. Por lo visto había una familia gaditana de origen francés, los Sicur, cuyas hijas eran el epítome del quiero y no puedo, falsamente elegantes. Las Sicur se transformaron en las Cursis para los imaginativos gaditanos. Hay otras versiones sobre el origen de esa palabra, pero todas ellas lo sitúan en Cádiz. En el diccionario de Buitrago y Torijano se incluye la tesis del posible origen árabe. En el árabe de Marruecos kursi es algo así como asiento lujoso de un personaje prominente. Hay una pieza teatral de Benavente sobre Lo cursi y un ensayito de Ramón Gómez de la Serna sobre lo mismo. Es una idea utilísima para reflejar esa querencia tan española por el aparentar, el quiero y no puedo. No debe extrañarnos que haya tanta afición en España a la cirugía estética o simplemente al arte de la compostura personal.
 
Manuel Carlos Viga García (Castellón de la Plana) me hace una difícil pregunta sobre el uso de las mayúsculas. En un curso sobre “Lenguaje administrativo” le han dicho que, al poner, “El Director General” hay que escribirlo con las mayúsculas iniciales. Don Manuel Carlos tiene sus dudas. Y tanto. En mi opinión habría que poner “El director general del Tesoro”. Por lo mismo bastaría decir “El presidente del Gobierno”. Solo como excepción cabe conceder la mayúscula al “Rey de España” y al “Papa de Roma”. Pero esto de las mayúsculas va en gustos. Yo mismo vacilo mucho según mi estado de ánimo.
 
José Luis Germán ─adicto a esta seccioncilla─ asegura que le saca de quicio lo de “el único arma”, que figura a veces enLibertad Digital. Tiene razón. “Arma” es una voz femenina. Así pues, “la única arma”.

En Sociedad

    0
    comentarios