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Amando de Miguel

Sobre las Memorias y otras tribulaciones

En mis Memorias quedan claras las razones de mi evolución ideológica, lo cual me ha traído algunos quebraderos de cabeza. Pero todo lo que se mueve, vive.

Ángel León me señala que en mi libro Memorias y desahogos (INFOVA ediciones) digo desconocer el origen de la expresión "ni un día sin línea". Don Ángel me dice con acierto que ese era el famoso título de la columna de Antonio Tovar en La Gaceta Ilustrada. Tengo que alegar que mi observación era puramente retórica. Claro que conozco ese origen y que leí en su día la columna de Antonio Tovar. Por otra parte, la frase que utilizó un latinista de pro como Antonio Tovar no es suya. La emplea Plinio el Viejo, referida al pintor Apeles, quien manejaba los pinceles todos los días (nulla dies sine línea). Se trata, pues, de una frase hecha de milenaria antigüedad. Es algo que se puede aplicar al trabajo de muchos creadores. Sin ir más lejos y aunque me esté mal el decirlo, desde hace medio siglo casi todos los días de mi vida he leído o escrito algunas páginas. Se trata de un hábito que solo se rompe por alguna contingencia (viaje, enfermedad, compromiso familiar o amical, etc.). Por tanto, no tiene mucho mérito el haber sido yo un autor tan prolífico. Por lo menos en LD he escrito ya cerca de cuatro mil artículos.

José María Navia-Osorio es tan amable que calcula que mi libro de Memorias alcanzará los 150.000 lectores. Se agradece la cariñosa desmesura. Se pregunta mi amigo asturiano qué es lo que hace la gente con los libros que recibe como regalo y que nunca leen. Yo tengo bastantes en esa categoría. Algún día los consultaré. El de Oviedo se ha encontrado, al operar con una máquina de café, que emitía este aviso: "Erogación en marcha, espere". Hombre, un médico no debe extrañarse de la raíz latina erogare (=distribuir, gastar, sobre todo dinero o algo valioso). Es un cultismo más de la jerga comercial. Como los perfumes, que ahora son fragancias.

Se identifica don José María con mi estado de nervios con ocasión del bautizo de mi libro de Memorias. Me aconseja que dé cuenta de alguna enfermedad imaginaria para contrarrestar el éxito del libro y del triunfo profesional que en él se narra. "El éxito no se perdona", remacha el galeno del Nalón. Bien que lo he comprobado. Muchas de las personas que me son cercanas, especialmente los colegas, hacen como que no han leído el libro o me comentan solo aspectos circunstanciales. En cambio, me encuentro en el Metro o en la calle personas que no conozco, que me saludan afectuosamente y se congratulan del éxito del libro. Lo que más me maravilla es que algunas de esas personas anónimas me señalan que se han emocionado o se han sentido acongojadas con tal o cual pasaje del libro. El asunto me resulta intrigante.

Una de las grandes satisfacciones de la presentación de mi libro de Memorias fue que pude abrazar a dos generosos libertarios: Gabriel Ter-Sakarian Arámbarri y Pedro María Araúz. El de Manzanares de la Mancha me dice que "fue una tarde para no olvidar" y que se identifica conmigo por ser otro neandertal como yo. Así pues, ya somos dos los supérstites de esa especie extinguida. Como es sabido, hace unos 50.000 años los neandertales sucumbieron ante los cromañones. Estos últimos eran menos inteligentes pero más gregarios; supieron unirse contra los neandertales, que eran más individualistas.

SP de Miguel se identifica conmigo por el posible parentesco que podamos tener, aunque él nunca ha votado a los socialistas. En mis Memorias quedan claras las razones de mi evolución ideológica, lo cual me ha traído algunos quebraderos de cabeza. Pero todo lo que se mueve, vive.

Isacar Martín me comunica su deseo de poder disfrutar de mi presencia cara a cara. Desgraciadamente, ahora ya no me dejan dar clases, pero participo en muchas conferencias y otros "eventos". Por ejemplo, el 20 de octubre, en el aula de cultura de El Corte Inglés de Serrano-Ayala, en Madrid, se producirá uno de esos "eventos" programados. Mi amigo Julio Iglesias de Ussel y yo mantendremos un diálogo público sobre mis Memorias. Los libertarios madrileños francos de servicio pueden asistir a esa tenida y así tendremos ocasión de charlar cara a cara.

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