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Amando de Miguel

Sugerencias sobre comparaciones dislocadas

Obsérvese que en las comparaciones dislocadas el efecto se logra con la referencia a lo sagrado, lo sexual o lo escatológico.

Melitón Cardona Torres me envía estas dos imaginativas comparaciones dislocadas:

  • Tener menos luces que un barco de contrabando
  • Ser más peligroso que una piraña en un bidé.
José Antonio Martínez Pons anota en su cuaderno de viaje esta comparación que oyó en Pamplona:
  • Estás más fuera de lugar que Miss Universo en una reunión de mujeres de Nafarroa Bai.

Agustín Fuentes me envía cientos de comparaciones dislocadas y frases hechas con metáforas acuñadas para el habla cotidiana. Elijo una pequeña muestra:

  • Armarse la de Dios es Cristo [= confusión, lío; por la discusión teológica del Concilio de Nicea].
  • Estar hecho un Eccehomo [= con apariencia ridícula o maltrecha, por la figura de Jesucristo torturado ante Pilatos].
  • Cogérsela con papel de fumar [= con ánimo delicado o escrupuloso].
  • Ser más feliz que un marica con lombrices.
  • Sentarle a uno como a su santo dos pistolas.

Obsérvese en esos ejemplos clásicos lo que aquí se decía, que en las comparaciones dislocadas el efecto se logra con la referencia a lo sagrado, lo sexual o lo escatológico.

Israel Cabrera, a propósito de las comparaciones dislocadas, me hace llegar una larga lista de preguntas sin respuesta, que son otras tantas formas de reconocer una metáfora popular. Entresaco algunas:

  • Adán y Eva ¿tenían ombligos? [en algunos cuadros clásicos nuestros primeros padres aparecen sin ombligos].
  • ¿Por qué no hacen los aviones con el mismo material que usan para hacer las cajas negras? [que, por cierto, no son negras. Me parece que son muy pesadas como para reproducir sus materiales en la estructura del avión].
  • ¿Por qué cuando llueve levantamos los hombros?
  • Si la cárcel y la prisión son sinónimos, ¿por qué no lo son carcelero y prisionero?
  • ¿Por qué las bailarinas andan siempre de puntillas? No sería más fácil contratar bailarinas más altas?
  • ¿Qué cuentan las ovejas para poder dormir?

La ristra de preguntas de don Israel me remite a mi libro El libro de las preguntas que publiqué hace algún tiempo. Está escrito con la misma ironía.

A propósito de las metáforas, Santiago Roig Mafé (Vinaroz, Castellón) recuerda lo que decía su profesor de Literatura: las metáforas no deben llegar al ridículo de la frase de un político del siglo XIX: "el carro del Estado navega sobre un volcán". Está claro que entre la poesía y el ridículo solo hay un escalón.

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