Se acabarán pronto las traviesas ferroviarias de madera. Cada una es un árbol: pino, roble, haya. A partir de ahora será un lujo la madera maciza, sólida, entera. Las traviesas serán de hormigón. Preservemos las traviesas históricas como elemento insuperable de decoración exterior. Son trozos de naturaleza que sobrevivirán así otro siglo. Es atractivo incluso el olor característico a pez, a creosota, que en griego quiere decir cecina. Vamos, que las traviesas son como jamones curados. Anímense arquitectos y escultores a utilizar la aromática traviesa vista en los exteriores. Para el interior, DM. No es De Miguel sino Densidad Madera.
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