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Amando de Miguel

Un detalle de la famosa "memoria histórica"

En Huelva siempre fue conocido como "el hombre que nunca existió", igual que el título de una película británica de 1955 que se inspiró en este caso urdido por los servicios británicos de inteligencia.

Ahora que estamos con lo de la "memoria histórica", me alegro de tantas noticias sobre los recoletos cementerios de soldados extranjeros que hay en (lo que era) España. Este es el testimonio de Germán Martínez:

En un pueblo perdido de Navarra llamado Peña junto a Sangüesa, se encuentra la tumba de un aviador ingles que, junto con otro compañero, cayo con su avión en la Segunda Guerra Mundial. No todos los días, pero al menos una vez al año, un grupo de montañeros cuida la tumba y pone flores desde hace muchos años y alguna vez la embajada inglesa mandó dinero para el cuidado de la tumba, y es que estas cosas tan románticas como es un aviador ingles no deberían olvidarse nunca.

La fascinante historia del "hombre que no existió", traída aquí por Javier Aymerich, la completa José María Allas Llorente. Transcribo con gusto su correo electrógeno:

El caso del cadáver inglés que cuenta Javier Aymerich para "confundir" al mando alemán sobre el desembarco de las tropas aliadas en Europa es veraz en lo sustancial pero claramente erróneo en los detalles. El cuerpo apareció, en 1943, en las costas de Huelva, concretamente en la Playa de la Bota de Punta Umbría , donde fue hallado por un pescador, no en las de Cádiz, y ha estado enterrado durante muchos años en el cementerio onubense, no en el de Tarifa. Quien ponía las flores –tal vez lo siga haciendo– era una mujer onubense, Isabel Naylor González, hija de un matrimonio anglo-hispano, residente en Huelva. Fue su padre, ingeniero de Riotinto, quien inició la tradición de las flores.

En Huelva siempre fue conocido como "el hombre que nunca existió", igual que el título de una película británica de 1955 que se inspiró en este caso urdido por los servicios británicos de inteligencia. El cadáver, que se suponía que era de un oficial de la Royal Navy llamado William Martin, portaba documentación falsa referida a un inminente desembarco aliado en Grecia y en el sur de la península italiana y, dado que España era neutral en la guerra pero claramente germanófila en el poder, la documentación fue a Berlín y engañó al III Reich.

El cadáver, por cierto, creo que fue identificado hace algunos años. Se trataba de un tal Glyndwr Michael, que murió en un hospital de Londres de una pulmonía. El asunto de la "pulmonía" era un detalle fundamental porque se suponía que el "falso cadáver del falso oficial" provenía de algún naufragio o un accidente en el que había perecido por el frío y no por ahogamiento.

Efectivamente, Isabel Naylor fue nombrada Dama de la Orden del Imperio Británico el año 2000. Tenía derecho a que la condecorase la reina Isabel pero el precario estado de salud de su marido hizo que renunciase a la ceremonia en Londres. Lo hizo el cónsul británico en Sevilla. Si esta mujer vive en la actualidad tendrá 76 años.

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