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Andrés Benavente

El conflicto indígena

En los últimos meses, Chile ha sido noticia por las confrontaciones en la zona sur, varias de ellas violentas, entre grupos de indígenas radicalizados con fuerzas policiales. Los primeros ocupan ilegalmente propiedades agrícolas y forestales, perpetran atentados incendiarios e incluso atentan contra la integridad física de las personas. Los segundos intentan restablecer el orden

No se trata de episodios aislados, sino de expresiones de una estrategia más de fondo que impulsa el indigenismo radical en parte de América Latina, fundamentalmente a partir de la insurrección de Chiapas en México, en 1994. Hay detrás de esas movilizaciones un discurso marcadamente ideológico en busca de la obtención de autonomías territoriales que los Estados debieran otorgar.

En Chile existen tres grupos indigenistas radicales: la Coordinadora de Comunidades Arauco-Malleco, el Consejo de Todas las Tierras y la Identidad Territorial Lafquenche. El último grupo tiene una expresión reducida y combina las acciones de presión social con métodos políticos participando indirectamente en las recientes elecciones de alcaldes y concejales.

El Consejo de Todas las Tierras es una entidad que oscila entre las negociaciones con el gobierno –a fin de que adquiera tierras que reclaman como ancestrales y que están en poder de particulares— y las ocupaciones ilegales de tales predios, desde donde, si bien son desalojados, generan condiciones para que la autoridad y los propietarios negocien el traspaso de la propiedad rural a las comunidades indígenas que la reclaman. Su líder Aucán Huilcamán ha sido consultor de Naciones Unidas sobre temas indígenas.

La Coordinadora Arauco-Malleco, por último, es un grupo abiertamente subversivo. No solo realiza ocupaciones ilegales de predios, sino que perpetra atentados incendiarios en contra de bosques y sembrados, bloquea caminos públicos, emplea armas de fuego en sus acciones y amenaza con producir un levantamiento indígena en contra del Estado recurriendo al ya conocido método insurreccional de los grupos subversivos clásicos.

Desde el punto de vista de la representatividad, se trata de grupos minoritarios que no son seguidos por sus potenciales bases que desarrollan normalmente sus actividades insertos en la sociedad.

Hoy no tienen posibilidad alguna de hacer realidad sus pretensiones de autonomía territorial, pero sus acciones perjudican la acitividad productiva de un zona (Región de La Araucanía), donde ya se empiezan a retirar inversiones forestales; aumentando el desempleo en un territorio económicamente deprimido; horadando de paso el Estado de Derecho en cuanto la autoridad política se muestra vacilante en el restablecimiento del orden por temor a ser calificada de represiva.

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