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Antonio José Chinchetru

El canon rompe el Clan de la Ceja

Imanol Arias apuesta por un discurso distinto, sorprendente por lo general en el panorama artístico español. Al igual que Alex de la Iglesia, sostiene que hay que escuchar a los internautas y no ataca las descargas gratuitas de internet.

La SGAE y demás defensores del canon digital y la Ley Sinde han pasado su peor semana en mucho tiempo. El martes se conoció una resolución judicial que recuerda que enlazar no es delito. Esto viene a confirmar una vez más que la famosa Disposición Final que permite el cierre de webs con enlaces a redes de intercambios de archivo es un disparate jurídico. Sólo dos días después supimos que la Audiencia Nacional anuló "de pleno derecho" el canon de marras. La decisión supone un duro varapalo para las entidades de gestión, que durante años han estado ingresando ingentes cantidades del dinero sustraído a los ciudadanos por esta vía. Y sin esperar al fin de semana, el viernes se escenificó una fractura en el "Clan de la Ceja" por estas cuestiones.

Dos de los máximos representantes del "artisteo" (considerarlos intelectuales o representantes "de la cultura" es demasiado generoso) orgánico hispánico, Imanol Arias y Juan Echanove, protagonizaron una discusión pública por estas materias. El debate es importante, puesto que se trata de dos actores muy próximos al Gobierno de Rodríguez Zapatero, que protagonizan juntos una serie de no ficción en la TVE (el Ejecutivo es generoso utilizando las empresas públicas para premiar a sus fieles) y comparten amistad. Hasta hace poco cabría haber esperado que mostraran una unidad sin fisuras a favor del canon y en contra de las descargas de internet, puesto que son dos de las banderas que tradicionalmente han unido a culturetas varios y el Gabinete de ZP.

Echanove representa lo más rancio del mundillo izquierdista del cine español, que es muy similar a su equivalente estadounidense tan mimado por Obama. Su discurso es el tradicional: defensa del canon, victimización con la excusa de las descargas (¡cómo si las películas españolas fueran especialmente compartidas en las redes de pares!) y la técnica recurrente de "si quieren contenidos gratis, que los pague el Estado". Esto último sería lo que realmente les gustaría. Que además de las generosas e injustificables subvenciones que ya reciben los cineastas españoles, se les pagara con los impuestos de los españoles por la posibilidad de que alguien quisiera ver una película suya bajada de internet. Cualquier cosa con tal de no adaptarse a una realidad cambiante y no tener que depender del gusto de los consumidores, que un día sí y otro también dicen que no les gusta el cine que se hace en España.

Por el contrario, Imanol Arias apuesta por un discurso distinto, sorprendente por lo general en el panorama artístico español. Al igual que Alex de la Iglesia, sostiene que hay que escuchar a los internautas y no ataca las descargas gratuitas de internet. Como en el caso del director de cine, hay que celebrar su conversión. El ambiente en el que se mueve es sumamente sectario, y no cabe descartar que su carrera pueda sufrir represalias por ello. El "Clan de la Ceja" comienza a romperse por el canon y las descargas. Zapatero y Sinde deberían preocuparse por ello.

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