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Antonio José Chinchetru

El ciber-Dar al Islam de Ajmadineyad

De alguna manera, siempre habría alguien que lograría introducir esos principios en el ciber-Dar al Islam integrista. Costaría más, pero se conseguiría.

Los tiranos del mundo buscan constantemente formas de impedir que las ideas de libertad se extiendan a través de internet entre las poblaciones sometidas a su poder. El bloqueo de sitios web, el encarcelamiento de quien escribe en la red cosas que molestan al poder, la necesidad de un permiso gubernamental para conectarse... son algunas de las técnicas más comunes entre los gobiernos enemigos de internet.

En algunos casos nos encontramos con métodos algo más imaginativos para lograr ese mismo fin de impedir que los ciudadanos se informen y se expresen con libertad. Es el caso del Irán de los ayatolás. Aunque por lo general optan por las acciones más tradicionales entre las tiranías, lo que incluye detenciones y bloqueos de sitios web, en ocasiones resultan más originales. Hace unos cinco años, por ejemplo, optaron por el aburrimiento. La técnica era tan simple como efectiva: se redujo por ley la velocidad máxima de las conexiones a internet. Cuando se limita la cantidad de datos que un ordenador puede recibir o enviar, se está transformando en un trámite lento y tedioso lo que de otra manera puede ser algo muy rápido. Y el efecto es evidente: muchas personas desisten de visitar todos los sitios que quisieran.

La nueva ocurrencia es, sin embargo, mucho más llamativa. Los de Ajmadineyad pretenden crear una internet paralela y separada que cumpla estrictamente los preceptos del islam. O, para ser más precisos, que se ajuste a lo que su fanática visión del mundo entiende que el la ley islámica. Por supuesto, la mayor parte de los iraníes tan sólo podrían conectarse a esta redhalal... la internet verdadera les estaría vetada. En su fanatismo pretenden, además, que este Dar al Islam virtual se extienda a otros países musulmanes.

Los fanáticos barbudos creen que de esta manera impedirán la "contaminación" de los iraníes con ideas occidentales tan peligrosas para ellos como la libertad, la dignidad de las mujeres o el derecho a no ser ahorcados de los homosexuales. Se equivocan. De alguna manera, siempre habría alguien que lograría introducir esos principios en el ciber-Dar al Islam integrista. Costaría más, pero se conseguiría. Incluso en los pueblos sometidos a las tiranías más rígidas hay personas que ansían libertad. Y de un modo u otro consiguen enviar, aunque sea poco a poco y de forma extremadamente lenta, su mensaje.

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