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Antonio José Chinchetru

Embarazoso condón

Pudiera ser, tal vez, que cuando la supuesta propiedad intelectual (que considero una ficción injustificada que atenta contra la verdadera propiedad privada) no corresponde a alguien que apoya a ZP, no merece la pena ser tenida en cuenta.

Ningún Gobierno español –y eso que durante las últimas décadas todos han hecho méritos en este sentido o no se han atrevido a hacer deméritos– había llegado antes a unos niveles de complicidad tan absoluta con la SGAE y el resto de componentes del mal llamado "mundo de la cultura" en defensa y ampliación de los privilegios de este sector ya de por sí tan privilegiado. Nunca hasta ahora la citada entidad y sus hermanas (CEDRO, AISGE, Promusicae...) habían actuado con tanta prepotencia, ya que tampoco nunca habían gozado de mayor protección del poder político.

José Luis Rodríguez Zapatero, Carmen Calvo (antes), Cesar Antonio Molina (ahora) y la práctica totalidad de los miembros de los Gabinetes presididos por ZP –con la excepción de un Montilla que cuando estuvo en Industria optó por no tragar del todo con las pretensiones de Bautista y amigos en cuanto al canon digital– han destacado por su defensa de los intereses de la Nomenklatura de la llamada propiedad intelectual. Desde que el vallisoletano con aires de leonés accedió a la presidencia del Gobierno, el Ejecutivo ha hecho suya la causa de la fiera defensa de los denominados derechos de autor, incluso a costa de la cartera y libertades de los ciudadanos.

Tan sólo hay una excepción, un caso en el que los derechos de un autor no parecen importarle al Ejecutivo. No es otro que el del rapero Nach, que ha denunciado que la canción de la campaña Sólo con koko, sólo con condón es un plagio de su rap Efectos Vocales. No vamos a entrar aquí en si dicho plagio existe o no, pero la verdad es que la pieza de Sanidad tiene partes que se parecen de manera sorprendente a algunos versos del cantante en cuestión. Tampoco voy a valorar la publicidad institucional en cuestión (en realidad es más que dudoso que algo así consiga que haya más jóvenes que usen preservativos o que, como pretenden otros, fomente que los adolescentes practiquen más sexo), tan sólo me interesa reseñar la situación irónica con respecto a la propiedad intelectual.

Pudiera ser, tal vez, que cuando la supuesta propiedad intelectual (que, como sabrán los lectores habituales de esta columna, aquí consideramos unaficcióninjustificada queatentacontra la verdadera propiedad privada) no pertenece a alguien que apoya a ZP, no merece la pena ser tenida en cuenta. Para rematar, el Gobierno no responde y la agencia contratada para la campaña habla de los límites de los derechos de autor. Pese a todo, el Ejecutivo sigue amenazando con leyes "impopulares" destinadas a contentar a la SGAE y cia. No sabemos si en el Consejo de Ministros coronan rollos con bombo o no, pero su defensa de "los autores" ha quedado en una situación embarazosa. Deberían haberse aplicado ese cuento de "sólo con koko, sólo con condón" (el de la honestidad).

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