Menú
Antonio José Chinchetru

¡Qué malos son en Facebook!

La campaña contra Google es distinta. Aunque tenga guasa que Facebook quiera dañar la política de privacidad de su rival (la suya propia dista mucho de ser ejemplar), y lo intente además yendo por la espalda y manipulando a periodistas.

Una de las noticias "interneteras" de los últimos días ha sido el pago por parte de Facebook de una campaña destinada a desprestigiar a Google. No vamos a negar que la cosa tiene su interés, aunque sólo sea por puro morbo, y es una buena muestra de las malas artes que se gastan en ocasiones las grandes empresas para debilitar a sus rivales. Lo que ha hecho la compañía de Mark Zuckerberg contra el gigante de las búsquedas resulta muy feo, la verdad. Aunque peor es lo que le han hecho a un pobre abogado tocayo del fundador de la red social: expulsarle bajo la acusación de mentir sobre su identidad por llamarse igual que el creador del sitio web es algo difícilmente comprensible.

Si sólo querían un Mark Zuckerberg en la popular red social, tan sólo tendrían que haber incluido entre sus condiciones de uso una tan legítima como absurda: "Si usted se llama como el fundador de Facebook.com, no puede darse de alta". Claro que entonces, tal vez, algún estúpido político podría pretender multarles por discriminación de nombre.

La campaña contra Google es distinta. Aunque tenga guasa que Facebook quiera dañar la política de privacidad de su rival (la suya propia dista mucho de ser ejemplar), y lo intente además yendo por la espalda y manipulando a periodistas –el buen hacer de estos últimos consiste en no caer en la trampa– hay cosas a las que estamos acostumbrados y son peores. Aquí se ha tratado de recurrir a la imagen pública de una compañía, pero no se ha pretendido lograr legislaciones destinadas a perjudicar a un rival o que las autoridades públicas tomen medidas destinadas a restringir su capacidad de acción con la excusa de la competencia.

Ejemplos de esto último tenemos a raudales, y muchos de ellos en todo lo referido a internet o a la informática en general. Los rivales de Microsoft acuden con frecuencia a las autoridades europeas o estadounidenses con la excusa de políticas monopolísticas, y la compañía de Bill Gates también ha recurrido a las mismas armas contra Google. Las empresas de todo tipo y tamaño tratan constantemente de lograr que desde el poder público se obligue a sus mayores rivales a empeorar sus productos para así arrancar unas cuotas de mercado que no obtienen por méritos propios. Eso sí, siempre con la excusa de proteger al consumidor y salvaguardar la competencia.

Lo de pagar una campaña de imagen para estropear la del rival mediante la manipulación de creadores de opinión es feo (aunque es lo que tratan de hacer a diario todos los políticos con el resto de partidos de sus países). Pero es mucho más guarro recurrir a los poderes públicos para que se encarguen de ello. Y eso ocurre casi a diario.

Temas

En Tecnociencia

    0
    comentarios