Menú
Antonio López Campillo

4. La guerra Santa

La diferencia entre musulmanes y no-musulmanes cubre el ámbito de la guerra. La Saria prohíbe la guerra entre musulmanes fieles pero aconseja, y en ciertas condiciones exige, la Yihad, la Guerra Santa, contra los infieles. Su objetivo no es el exterminio de los infieles, sino el establecimiento de la Ley de Dios, es decir limpiar el mundo del Mal, que le mancha. La Yihad es un deber religioso, significa "esfuerzo en el camino de Dios", y es una obligación ineludible para los habitantes de los territorios que están más cerca del enemigo. La Yihad es un acto de devoción que abre las puertas del Paraíso. Debe hacerse contra los musulmanes que no siguen la Saria, los apóstatas y los bandidos. También se lucha contra uno mismo. La Yihad es más que una guerra santa, una guerra justa, es una lucha que realiza por la Saria.

Como para acercarse a Dios el hombre de debe vivir en acuerdo total con la Saria y en la Ley hay acciones que solo las puede ejecutar un gobierno, es necesario que este esté en manos de musulmanes y tiene que controlar el territorio, dar al-Islam que es la realización local de la Umma. Es mediante la Yihad como puede lograse que el gobierno este en manos de los creyentes y no en poder de los kafir, los impíos, los que no obedecen, los ingratos con Dios; por eso hay que luchar contra ellos y practicar la Yihad en el territorio controlado por los musulmanes. (Al parecer nuestra palabra “cafre” viene de kafir).

La Yihad es defensiva en dar al-Islam y ofensiva en dar al-Harb. En ambos casos el objetivo de la guerra no es la conversión por la fuerza, acción que esta terminantemente prohibida en el Corán (Sura 2, aleya 256: "No cabe coacción en religión"), sino la expansión y la defensa del mundo islámico. El Islam no hace diferencias entre los no-musulmanes que se oponen o no aceptan el control político musulmán, sean politeístas, judíos o cristianos, son todos harbis (de la palabra harb, guerra) y deben ser sometidos, no convertidos, por la fuerza; y para eso está la Yihad. La conversión vendrá por otros medios.

Dice el Corán: "Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que los encontréis. ¡Capturarles! ¡Sitiarles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, ¡dejadles en paz! Dios es indulgente, misericordioso." (Sura 9, aleya 5). Los asociadores son los que asocian a Dios otros dioses, es decir politeístas. Hay docenas de textos que aconsejan la Yihad.

Para Ibn Taymiyya, un clásico y hoy una de las referencias doctrinales de los islamistas, la propagación del Islam por la Yihad es fundamental y la Yihad solo acabará cuando la Umma sea general, global. La paz con las naciones no-musulmanas es un estado provisional, que puede y debe ser denunciado si es útil al Islam. La Yihad es un medio para obtener la sumisión de todos los pueblos a la autoridad del Islam, hasta el día de la Resurección, hasta el fin del mundo, mientras no se realice la Umma.

Los islamistas tienen a su favor la doctrina sagrada, la doxa. Por eso, y en el caso concreto del Próximo Oriente la paz, si se logra, solo será provisional.

En Internacional

    0
    comentarios