El autor es premio Nobel de Química y profesor en la Universidad libre de Bruselas y de la universidad de Texas en Austin, y en este libro aborda la situación real de la ciencia, de las ciencias, en nuestro siglo. Los avances en el saber sobre el mundo, gracias a los descubrimientos realizados en todas las ramas de la ciencia, han producido una conmoción en las ideas que sobre la ciencia misma se tenían. Prigogine es él mismo autor de parte de esos descubrimientos que nos han obligado a ver el saber científico de otro modo. Sus trabajos sobre la termodinámica de los procesos irreversibles, han contribuido a este cambio de un modo decisivo.
En El Fin de las Certidumbres, Prigogine nos presenta las nuevas relaciones entre física y matemáticas. El descubrimiento de la complejidad del mundo real es lo que ha obligado a efectuar ese cambio conceptual. El problema que se presenta es el de la dualidad del ser y del devenir. Describe de manera legible el camino, estrecho, entre un mundo totalmente regido por leyes en las que no hay sitio para la novedad, para la libertad, y otro un mundo absurdo, sin causalidad, que anula también la libertad. El centro del problema está en el tiempo, y es a él al que se dedica el libro. Una obra que nos dice que estamos ante una nueva visión del mundo, y por ello ante un modo nuevo de tratarlo, es decir, de hacer física. Posiblemente el camino estrecho nos conducirá a una mayor inteligibilidad de la naturaleza. Un mundo sin certezas, es, sin duda, un mundo de libertad y de riesgos.
El mundo, la naturaleza, es siempre más que lo que conocemos, por eso podemos y debemos trascender las certidumbres.
Ilya Prigogine, El fin de las certidumbres, Ed. Taurus, Madrid, 230 páginas.
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