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Antonio López Campillo

Por sus obras…

Es como se conoce a las personas, y a los animales. Es una inducción, pues a partir de unos casos individuales se puede llegar a comprender algo general. Es el caso del euro. Su puesta en circulación nos informa de un modo casi perfecto del modo de pensar y actuar de todos los responsables (europeos) de la operación monetaria.

El lanzamiento de una moneda es algo importante, no sólo por los efectos sobre los usuarios, más bien por la opinión que los usuarios se harán de los inventores de la nueva forma de pago.

Decía el francés Paul Valéry: "Hoy sabemos que las civilizaciones somos mortales", al ver lo que ocurría en Europa. Hoy, gracias al euro, podemos decir "Ahora sabemos que los inventores del euro no fueron nunca al mercado ni de compras". Hoy lo sabemos con certeza, antes ya suponíamos que los gobiernos no mandarían para ocupar los altos cargos de la administración europea, a unos "pelaos" que tenían que ir ellos mismos al mercado; se enviaba a gente fina, para quedar bien. Fue probablemente un error, hecho con la mejor voluntad sin duda.

Con toda seguridad, hoy podemos decir que la presencia de unas cuantas amas o "amos" de casa de esos de cesta de la compra en los organismos europeos hubieran evitado el error, y los eurofuncionarios hubieran quedado mucho mejor en la opinión de los europeos de a pie y calderilla; que contra lo que parecen pensar los inventores de la moneda somos la mayoría, con mucho.

La puesta en circulación del euro puso en evidencia que escaseaban los valores de 1, 2, 5, 10, y 20 euros. Penuria que mostraba paladinamente el escaso, por no decir nulo, conocimiento que esos altos responsables europeos tienen de la vida cotidiana de los europeos de a pie, de los que no estamos en los organismos europeos.

Se suponía que entre esos funcionarios europeos habría algunos que serían especialistas de la circulación de la moneda, sabiendo como sabemos, por experiencia, que todos los empleados de los bancos nacionales conocen eso perfectamente.

Podemos imaginar la reunión donde se discutió eso de las monedas. "¿Cuantas monedas de unos pocos euros ordenamos que se fabriquen, Dieter? No se, Neil, pero podemos preguntar a tu secretaria Beryl cuánto nos costo la corbata que le regalamos al señor director. De acuerdo, dijo Lars y añadió: pregunta también cuánto se pagó por las rosas que enviamos a la esposa del presidente aquel, y así podríamos calcular la proporción de las monedas más corrientes". Seguramente las cosas no han pasado así, pero lo que hicieron nos obliga a pensar que eso sucedió de un modo semejante.

Por sus obras… deberían tener un poco de cuidado con lo que hacen y proponen los eurofuncionarios, de ello depende la confianza que se pueda tener en sus opciones y proposiciones. En el fondo la confianza en el proyecto de la Europa que están intentando hacer.

Deben tener cuidado, pues hasta los más simples podemos deducir por los resultados que producen cual es la verdadera estructura de esos organismos europeos.


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