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Antonio Robles

La gran conspiración contra el Barça

¡Qué santidad la de esta Masía culé, indepe y victimista! Jamás son responsables de nada.

¡Vaya año!, se quejaba esta mañana la caverna nacionalista de Jordi Basté en RAC-1: primero fue la persecución fiscal contra Messi, después la denuncia del contrato de Neymar y ahora la sanción de la FIFA por violar las normas sobre contratación de menores. Insinuaba el catalibán: "No quiero caer en la teoría de la conspiración, pero…".

"Otro golpe al Barça", titulaba El Periódico de Catalunya a cuatro columnas en portada. El resto de medios siguió la misma estela. "Mano negra que es blanca", y otras muchas insinuaciones, todas adobadas con una denuncia anónima que apunta al club blanco. El propio presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, aseguraba en la rueda de prensa de esta misma tarde que la junta directiva tiene "evidencias importantes" de que hay una trama para perjudicar a la entidad. Se cuidó de dar el nombre de Florentino Pérez, pero dejó entreverlo. Al fin y al cabo, en medio de una prensa culé hasta las cachas y el delirio independentista de fondo, las insinuaciones son evidencias. Viven en un mundo mágico donde la capacidad crítica brilla por su ausencia.

A pesar del reconocimiento de la deuda de Messi con Hacienda, valorada en 25 millones de euros, del adelanto de 13, 5 millones para tapar las irregularidades fiscales del Barça en el contrato de Neymar y de la transgresión del artículo 19 del reglamento sobre el estatuto y la transferencia internacional de jugadores, destinado a la protección de menores, medios, políticos y directivos se indignan contra la medida y señalan como responsable al enemigo exterior. ¡Qué santidad la de esta Masía culé, indepe y victimista! Jamás son responsables de nada. Como los adolescentes consentidos, nunca asumen errores, jamás se hacen responsables de sus actos, y siempre encuentran un enemigo exterior vestido de blanco para exculparse.

Se aman tanto a sí mismos que no tienen arrobo para titular: "El Barça forma personas antes que deportistas". Se han creído tanto sus propias bondades que pierden el respeto a cualquier otra entidad deportiva. ¿Qué deben de pensar que forman el resto de canteras deportivas? ¿Deportistas despersonalizados?

El golpe de la FIFA les ha sumido en un shock. De tanto narcisismo han perdido la perspectiva. Bueno será que aprendan a calibrar las consecuencias de ir contra las normas internacionales. Un adelanto para niños de lo que sería la respuesta internacional contra una declaración de independencia unilateral.

En una cosa tienen razón: la Masía no explota a menores, les da una oportunidad inmensa para su formación humana y deportiva. Sobre todo a niños del Segundo y el Tercer Mundo, en cuyas sociedades seguramente no podrían disponer de las posibilidades de formación y promoción que tienen en la cantera del Barça. Este sarampión que hace del menor una especie protegida por el mero hecho de ser menor seguramente los discapacita más que los capacita. Nadie de los de mi generación sufrimos explotación cuando ayudábamos al abuelo a regar el huerto, o a calcar la paja en el carro en tiempo de cosecha; muy al contrario, nos enseñaba que nada se consigue sin esfuerzo, nos adelantaba los rigores de la vida y nos hacía más responsables. Aunque sin la responsabilidad de los mayores. Por eso nos sentíamos útiles ayudando, a veces enredando y siempre disfrutando. Ni los chicos de la masía son explotados ni desarraigados, ni los niños de mi infancia fueron explotados. La explotación es cosa distinta, bien lo saben en el Tercer Mundo, donde les roban la niñez en trabajos insufribles lejos de la escuela donde deberían formarse.

Más le valdría a la FIFA preocuparse de los niños que viven en el infierno de la pobreza del Tercer Mundo y dejar en paz a los niños que se forman en uno de los mejores sistemas para su socialización, el deporte.

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