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Armando Añel

EEUU y el embrollo bolivariano

Todos estos supuestos antiimperialistas son más pro-yanquis que los mismos yanquis, pendientes, a cada minuto, del referente norteamericano. Como si no pudiesen funcionar sino a remolque de la política, la presencia y la evocación constante de EEUU.

Manuel Zelaya pide orden. Se supone que no exactamente el orden que se aprestaba a dinamitar. Y pide la intervención de Estados Unidos para que cancele las transacciones bancarias y las visas de los "directamente responsables de mi secuestro y la interrupción de la legalidad en mi nación", entre los que figuran Roberto Micheletti, el general Romeo Vázquez y la fiscal general de Honduras, Rosa América Miranda. La lista es numerosa.

Hugo Chávez también le pide cosas a Estados Unidos. Según el golpista venezolano –las cosas por su nombre, que por ignorarlas estamos como estamos–, "Obama se está desfigurando, la máscara se le está derritiendo". Chávez quiere que Washington retire sus tropas de Honduras –una relación de ejército a ejército, la del estadounidense y el hondureño, con décadas de sinergia–, y hasta a sus diplomáticos. No sabe muy bien cómo inflar la escurridiza presencia norteamericana en el conflicto y ha vuelto otra vez los cañones contra su sempiterno contrincante ideológico, Álvaro Uribe, con la esperanza de encender la mecha húmeda del antiamericanismo al uso.

Todos estos supuestos antiimperialistas son más pro-yanquis que los mismos yanquis, pendientes, a cada minuto, del referente norteamericano. Como si no pudiesen funcionar sino a remolque de la política, la presencia y la evocación constante de Estados Unidos. Si no hay intervención se la inventan. En la manipulación son inigualables. Y en el ejercicio procaz, irresponsable, del transformismo retórico.

Nadie sabe si la administración Obama ha actuado en relación a Honduras empujada por la ignorancia o siguiendo las pautas de una estrategia a lo Poncio Pilatos, empeñada en desnudar, a fuerza de marcar distancias, las carencias de un populismo inconsistente, profundamente demagógico. Tras el último papelazo protagonizado por Zelaya en el paso fronterizo de Las Manos, Estados Unidos y la Unión Europea comienzan a dar señales de impaciencia en relación al libreto zelayochavista. Ojalá en el momento oportuno pasen de la impaciencia a la contención (del neoimperialismo bolivariano), esto es, tan pronto los del ALBA pasen de la acción al arrebato.

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