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Armando Añel

Kim Il Jong saca pecho

Asegura Pyongyang que en un conflicto nuclear con EEUU la victoria sería suya, y "la bandera roja de la política del ejército [ondearía] en forma más vigorosa". "Nuestra victoria es segura, y el futuro aún más radiante", insiste Kim Il Jong, quien para sazonar el caldo de su retórica armamentista acaba de lanzar un misil no balístico de corto alcance. Con gran estrépito informativo –precedió la llegada a Corea del Sur del secretario de Estado norteamericano Colin Powell, en el marco de la investidura del nuevo presidente Roh Moo Jun–, el proyectil cayó este martes en aguas internacionales. En el mar del Japón más exactamente, a unos 60 kilómetros de la península coreana.

Un dato contiguo: 'El Ejército del Pueblo de Corea', de alrededor de un millón de efectivos, es el quinto mayor del mundo –está integrado por el 20% de la población norcoreana–, y los gastos "en defensa" de Pyongyang significan un cuarto de su presupuesto anual. Y otro: Según el director de la CIA, George Tenet, Corea del Norte ha extraído suficiente plutonio para fabricar una o dos bombas nucleares. Y un tercero: La semana pasada un cazabombardero Mig-19, desde suelo comunista, violó el espacio aéreo de Corea del Sur, con lo que los radares de los atribulados surcoreanos volvieron a "exasperarse". Kim Il Jong quiere más atención y la Casa Blanca no se la está dando.

Con cautela, mientras las bolsas de Seúl y Tokio caen un 3,9 y un 2,4% respectivamente, Washington escudriña el escenario. El escenario, por cierto, es el siguiente: Un poco al norte de donde ahora mismo se encuentra el Secretario de Estado norteamericano, al frente de uno de los regímenes más detestables que haya registrado la historia contemporánea, hay un personaje que –luego de reactivar sus instalaciones atómicas y retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear– dice que puede irse a la guerra en cualquier momento, que la tregua coreana de 1953 es "un inútil pedazo de papel", que no cree en nada ni en nadie. Que "todos los trabajadores y los miembros del Partido deben inflamarse de odio y hostilidad en sus corazones hacia los imperialistas estadounidenses". Powell anunció este martes la donación en dos entregas de 100.000 toneladas de alimentos a Pyongyang (lo que volverá a dilatar los abdómenes de los incondicionales al régimen), al tiempo que insistía en su oferta de solución pacífica, la cual en lo que respecta al abandono del programa nuclear por parte de Kim, no contempla atenuantes (salvo los comestibles). Irak está en la mirilla. Un eventual rearme japonés, a la vuelta de la esquina.

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