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Armando Frontado

Chávez al desnudo

La opinión pública venezolana ha desnudado políticamente al comandante Hugo Chávez. Una aplastante mayoría, más del setenta por ciento de la población electoral, se abstuvo de votar en el referéndum convocado por el gobierno para proceder a asumir el control de todas las organizaciones sindicales. Lo más importante de ésta derrota cívica, la primera que sufre Chávez, es que el venezolano común y corriente ya comenzó a darse cuenta de la maniobra chavista, que como ya han alertado varios analistas en América Latina, consiste en valerse de las elecciones, del voto libre, para consagrar una dictadura “institucional” o, mejor dicho, legitimar una autocracia.

Chávez, para gobernar dictatorialmente no necesita hacer ninguna otra reforma, pues una inmensa mayoría le aprobó su Constitución y, posteriormente a su aprobación, cambió las cláusulas que le dio la gana. Esta Constitución le permite gobernar, sin consultar con nadie, con reelección inmediata cada vez que cumpla un período de seis años. El Congreso desapareció y la Corte Suprema también. Ambos organismos fueron reemplazados por entidades integradas por chavistas, sin independencia política, seleccionados por el mismo autócrata para que hagan exactamente lo que el comandante dictamine.

Sin embargo, Chávez ahora ha sido desnudado ante el mundo. Ya nadie tiene derecho a confundirse. Las denuncias de la OIT y de muchas otras organizaciones sindicales internacionales alertaron a Estados Unidos y Europa sobre el peligro chavista.

En Europa, Chávez es sólo un bufón tratando de construir un nuevo tipo de Estado en América Latina. Aquí, en nuestro hemisferio, el nuevo caudillo militar no es el mismo sargento de la época de los Somoza y de Trujillo, sino un ideólogo con una filosofía totalitaria autóctona y ajustada a la realidad latinoamericana. Con Chávez, las masas que vegetan entre el hambre, las enfermedades, la ignorancia y la miseria, están supuestas a creer que han llegado al poder gracias al comandante, para vengarse de todas las injusticias que “los ricos” han hecho desde la época de la independencia hasta ahora. Todo ello tiene un cierto contenido cuasi-religioso.

No es exagerado aseverar que en Venezuela Chávez está convirtiendo a las Fuerzas Armadas en un partido político, una organización política con tanques y cañones, destinada a resucitar la Gran Colombia. Para Chávez la democracia latinoamericana está al servicio del imperialismo y de las oligarquías, por lo que hay que destruirla. El escudo que usa para agredir desde Venezuela a los países vecinos es un presunto bolivarianismo que nunca existió en la mente de El Libertador, ya que Simón Bolívar fue un distinguido miembro de la crema y nata de la sociedad caraqueña.

Las recientes quejas formuladas por los gobiernos de Colombia, Ecuador y Bolivia por los nexos de Chávez con las guerrillas y con demás elementos radicales y desestabilizadores en esos países demuestran que el gobernante venezolano no estará tranquilo hasta provocar una crisis hemisférica.

© AIPE

El venezolano Armando Frontado es Analista político.

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