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Armando Frontado

Los cuentos de Chávez

Pinocho, el célebre personaje del italiano Carlo Collodi, cuya nariz crecía cada vez que mentía, ha llegado al poder en América Latina. Pinocho es el comandante Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Así como de niños nos contaban los cuentos de Andersen, de los hermanos Grimm, de Perrault y demás titanes de la literatura infantil, ahora los venezolanos tenemos que oír las fábulas de Chávez.

Scherezade para seguir con vida tenía que inventar un cuento nuevo cada noche, sobre Alí Babá, Aladino o Simbad el marino. Ahora, el presidente Chávez nos fabrica una historia cada día para mantener al pueblo distraído del fracaso de una revolución que ha retrocedido al país 50 años, ha disparado la pobreza y la inseguridad personal, mientras día a día el presidente cultiva con paciencia de jardinero el odio de los muchos pobres contra los cada vez menos ricos.

El mejor cuento de Chávez, equivalente al “Patito feo” de Hans Christian Andersen o “Barba azul” de Perrault, es la “intervención policial peruana en Venezuela”. Se trata de un cuento que, gracias a la televisión, le ha dado la vuelta al mundo.

El mundo también sabe que fueron representantes oficiales de Chávez quienes protegían a Vladimiro Montesinos en Venezuela. ¿Acaso el pasaporte venezolano que le dieron a Montesinos se lo dieron sus compatriotas peruanos? Quienes lo escondían y protegían en Venezuela, ¿eran ellos peruanos o venezolanos? El emisario del prófugo que fue a Miami a buscar dinero, ¿era peruano o venezolano? ¿Quien le confesó al FBI dónde se escondía Montesinos era peruano o venezolano? ¿Fueron peruanos o venezolanos los que trataron de cobrar la recompensa? ¿Qué nacionalidad tienen los que fueron interceptados cuando conducían a Montesinos hacia la embajada del Perú en Caracas?

Chávez llevaba meses negando que Montesinos vivía en Venezuela y congresistas cercanos al presidente sostenían que el prófugo peruano había sido asesinado.

Sucedía que a Chávez no le interesaba entregar a Montesinos porque desde las sombras éste iba a colaborar con el presidente de Venezuela, ayudándolo –como hizo con Fujimori- a mantener el poder a cualquier costo.

El problema de Chávez es que cada día menos venezolanos creen sus cuentos y a nivel internacional se le cayó la careta con la farsa de Montesinos. Tan preocupado está Chávez que le pidió a Alejandro Toledo, presidente electo del Perú, el “favorcito” de que lo ayude con los Estados Unidos.

Y si a Chávez le vamos a contar nosotros un cuento, ninguno le cuadra mejor que el “Retrato de Dorian Gray”.

© AIPE

Armando Frontado, venezolano, es analista político.

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