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Borja Prieto

La Unión Europea contra Google

Si como resultado de la exigencia de la UE de hacer dos actualizaciones anuales de StreetView, Google decide que no le compensa incluir en su servicio algunas ciudades europeas menores como Oviedo o Zaragoza, perderá quien necesite consultar ese servicio.

A nuestros representantes en Europa, tan aficionados a regular hasta el más íntimo recodo de nuestras vidas, les ha dado ahora por investigar a Google; que una empresa que gana tanto dinero siempre es sospechosa. La última ocurrencia es exigir que la empresa actualice las imágenes de StreetView cada seis meses, y no cada año como hace hasta ahora. ¿Por qué? Pues según ellos, porque están preocupados por la privacidad de sus ciudadanos, que pueden ser fotografiados por los vehículos de Google. StreetView borra las caras de las personas que aparecen en las fotografías, pero no les parece suficiente.

En realidad, el motivo último para actuar contra Google no es el afán por proteger nuestra privacidad, sino que la empresa ha crecido hasta convertirse en una presa apetecible para los burócratas. Como en los antiguos tebeos, aparecen signos de dólar en sus ojos cuando miran a Google. Lo mismo que le pasa a Alierta o a los editores de periódicos.

Lo cual es una buena noticia para Microsoft, que puede dejar de ser la víctima favorita de la comisaria Reding y su banda de inquisidores. Es el signo de los tiempos. Sabremos que Facebook y Twitter han triunfado el día que Reding, o quien le suceda, les ponga en su diana.

Las demandas contra Microsoft sirvieron sólo para ingresar unos cuantos cientos de millones de euros, no para impedir ninguna de las arteras maniobras contra la competencia que usaba la empresa. Pero era fácil hacerlas, porque siempre es popular quien ataca a un millonario. Ya saben, nuestros políticos atacando a los poderosos para defender a los ciudadanos de a pie y todo eso. 

Las demandas contra Google no protegerán de ninguna manera nuestra privacidad, pero pueden tener un efecto perjudicial para todos sus usuarios. Si como consecuencia de la exigencia de la Unión Europea de hacer dos actualizaciones anuales de StreetView, Google decide que no le compensa incluir en su servicio algunas ciudades europeas menores como Oviedo o Zaragoza, perderá quien necesite consultar ese servicio. Así que esta vez es posible que en lugar de encontrar el aplauso de los envidiosos, los euroburócratas se tengan que enfrentar al rechazo de millones de usuarios que agradecen a Google un servicio que además es gratuito.

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