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Carina Mejías

Carta abierta a Ada Colau

A diferencia de ti, jamás he vivido de las subvenciones públicas.

Querida Alcaldesa:

Cuentan los cronistas que en uno de tus últimos mítines, y al más puro estilo de la vieja política, has dedicado parte de tu intervención a descalificar a los miembros de Ciudadanos (C's) por nuestras ideas y por nuestras trayectorias personales. Quizá crees que así podrás recuperar alguno de los votos que en los últimos meses has perdido cuando se han descubierto tus engaños, pero te equivocas porque tu desprecio se dirige a todos los electores que han votado, votan y votarán a Ciudadanos el próximo día 20.

Me acusas de vivir de la política porque probablemente no sabes que mi título universitario y mis especializaciones posteriores en dos universidades me han permitido trabajar durante más de quince años como profesional de la Justicia; años de ejercicio profesional de los que guardo buenos amigos que me enseñaron mucho de lo que ahora sé y que son testigos vivos de mi trabajo ante los tribunales. Puedes preguntarles si quieres.

Después me decidí a entrar en política, sí, para sumar mi voz a la de otros, que no estábamos dispuestos a callar y que dijimos basta a quienes pretendían imponernos sus ideas, silenciándonos aquí o eliminándonos físicamente allá. Estar en política no era ni cómodo ni fácil.

En ese tiempo perdí a muchos compañeros de partido cuyo único delito era pensar diferente y trabajar por su pueblo, tres de ellos en Cataluña; por cierto, jamás he oído, ni de ti ni de los tuyos, una condena de esos asesinatos. Años de desesperación, de denuncia y de muchas lágrimas. Lágrimas que jamás se me ocurrió utilizar para lanzar mi carrera política, como sí has hecho tú. Superada aquella etapa volví a mi tarea profesional, y, a diferencia de ti, jamás he vivido de las subvenciones públicas.

Años después se hizo necesario sumar de nuevo mi voz a las de otros muchos en defensa de la libertad en Cataluña. Había que romper el silencio frente a quienes pretenden dividirnos, enfrentarnos y arruinarnos con el único propósito de tapar su corrupción. Y así lo hice, esta vez en Ciudadanos, junto a Albert Rivera y otros muchos compañeros dispuestos a decir "basta" a los corruptos que han usado el victimismo para destruir nuestro país y nuestras instituciones, y para demostrarles que la democracia y la libertad siempre triunfan.

Si creías que con tus acusaciones me ibas a avergonzar, te equivocas. Te escribo esta carta para recordarte que asumo mi pasado con mucha dignidad y orgullo, porque nadie podrá nunca acusarme de beneficiarme de la política. Creo que tú no puedes decir lo mismo, a juzgar por el nepotismo que practicas.

La política es para los valientes, y en política los de C's sólo usamos las armas de la democracia y la libertad, que son los mejores instrumentos con los que dejar a mis hijos, que yo también los tengo, un mundo mejor que el que encontré.

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