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Carlos Ball

¿Cuál es el enemigo?

Las autoridades de inmigración aumentaron el coste de los trámites para hacerse ciudadano, supuestamente para contratar más personal y aligerar los trámites, pero ha sucedido exactamente lo contrario

Para el presidente George W. Bush, actualmente el peor enemigo de Estados Unidos y de la civilización occidental es Irán, a pesar de que sus mismos funcionarios de inteligencia nos informan que ese país abandonó todos los intentos de fabricar armas atómicas en 2003. Mientras, para los candidatos republicanos a la presidencia de Estados Unidos los enemigos más temibles son los inmigrantes. Sí, los mismos que mientras escribo esta columna trabajan desde que amaneció cambiando el techo a la casa de mi vecino, bajo el radiante sol de Florida y sin perder su buen humor.

Casualmente, apenas me senté a escribir recibí un mensaje por correo electrónico del presidente de una fundación conservadora en Washington, pidiéndome una contribución porque fueron ellos quienes revelaron a la prensa el proyecto de ley del senador demócrata Ted Kennedy, que hubiera permitido a inmigrantes indocumentados legalizar su situación en este país. Por esa denuncia, me aseguran, se merecen que yo les envíe una contribución de fin de año y apoyar así su manera de hacer realidad "el sueño americano". Sí, se trata del mismo sueño que están empeñados en convertir en algo totalmente inalcanzable a más de 12 millones de personas que viven y trabajan en este país.

El candidato Mitt Romney acusó a su competidor Rudy Giuliani de haber convertido a la ciudad de Nueva York en un santuario de indocumentados cuando ejerció la alcaldía y Giuliani acusa a Romney de emplear inmigrantes ilegales para cortar la grama y limpiar la cancha de tenis de su mansión en Belmont, cerca de Boston. Romney le escribió de inmediato una carta a Ricardo Sáenz, de la empresa de jardinería, cancelando el contrato de servicio. Ambos políticos se afanan en presentarse como los más duros enemigos de la inmigración, pero en eso les gana con gran ventaja el congresista Tom Tancredo, de Colorado, cuyo principal objetivo presidencial es construir el gran muro y acabar definitivamente con lo que él considera una plaga.

Las autoridades de inmigración aumentaron el coste de los trámites para hacerse ciudadano, supuestamente para contratar más personal y aligerar los trámites, pero ha sucedido exactamente lo contrario y cualquier documentación toma con suerte muchos meses, si no años. Lo único que se han disparado son las redadas y la expulsión de indocumentados, lo mismo que las amenazas y multas a empresas que los emplean.

Los dirigentes del Partido Demócrata están felices de que los líderes republicanos y los funcionarios de la actual administración se estén ganando de esa manera la enemistad de los electores hispanos, el sector de la población que más rápidamente crece y que en las últimas elecciones al Congreso en 2006 representamos el 8% del total de votos. Gracias a Irak y al voto latino, los demócratas tienen hoy mayoría en ambas cámaras del Congreso. Por su parte, los dirigentes republicanos están felices de desviar la atención de Irak hacia este "nuevo" peligro nacional, representado por los jardineros del señor Romney.

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