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Carlos María de Urquijo

La responsabilidad del nacionalismo

Hace casi un año, el cinco de marzo de dos mil dos, en esta mismatribunareclamaba del nacionalismo medidas políticas para acabar con el Estado de Excepción que padecemos los constitucionalistas en el País Vasco. Decía que estaba muy bien que nos pusieran escolta y se nos indemnizara cuando nuestros coches o nuestras viviendas fueran atacadas, pero decía también que todo eso era insuficiente si no contábamos con su apoyo para impedir que los proyectos totalitarios de los liberticidas siguieran haciendo irrespirable el ambiente de muchos de nuestros municipios, diecisiete en concreto, en los que ETA/Batasuna gobierna en minoría.

Terminaba aquel artículo diciendo “Mucho me temo que a pesar de las altisonantes declaraciones, los manifiestos éticos y los observatorios por los derechos humanos, los nacionalistas volverán a dejarnos en la estacada. Ojalá me equivoque”. Lamentablemente no me he equivocado. A escasos días de que Arzallus haya ofrecido todo el apoyo moral de su partido a Batasuna para que pueda presentarse a las elecciones, ETA ha asesinado de nuevo a un ciudadano comprometido con la libertad. El partido de Joseba Pagazaurtundua no tendrá el apoyo moral del PNV para presentarse a las elecciones, eso seguro. Esta es la realidad.

“Basta Ya” ha convocado una manifestación para el próximo miércoles con el lema “ETA culpable, Gobierno Vasco responsable”. El nacionalismo gobernante, con la compañía de Izquierda Unida –por cierto qué lamentable papel está representado en este drama– se ha mostrado mucho más indignado con este lema que con los disparates de Arzallus. Al parecer es infinitamente más grave denunciar las complicidades de quienes con su inacción se convierten en cómplices de la falta de libertad, que afirmar que se hará todo lo posible por garantizar la presencia del brazo político de ETA en nuestros Ayuntamientos, ¡Vivir para ver!.

¿A qué viene rasgarse las vestiduras? ¿No es cierto acaso que dos Ayuntamientos en Álava, tres en Vizcaya y doce en Guipúzcoa son gobernados en minoría por Batasuna? ¿No es cierto que esto ocurre gracias a que los nacionalistas que se llaman democráticos permiten con su indiferencia esta situación? ¿No es más cierto acaso que esto poco les importa porque ellos no se sienten acosados ni amenazados y viven muy cómodos desde su nacionalismo complaciente con el nacionalismo totalitario? Y finalmente ¿Hay una situación más indigna que ésta, no ya para un demócrata, sino para un ser humano?

Seremos cientos los vascos que el miércoles, sin complejo alguno, nos situaremos tras la pancarta de “Basta Ya” denunciando la responsabilidad de los nacionalistas en la insufrible situación que atraviesa el País Vasco. Es cierto que ETA es el responsable último y definitivo del terror en nuestra tierra pero igual de cierto es que el nacionalismo ¿democrático? ha renunciado de manera vergonzosa a defender la libertad en Euskadi. Prefieren una Euskal Herría independiente antes que un País Vasco de ciudadanos libres. Se pongan como se pongan, aquel que pudiendo neutralizarlo, mira para otro lado cuando el totalitarismo avanza, no es sino un triste cómplice del terror.

Carlos Mª de Urquijo es parlamentario vasco del PP

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