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Carlos Pérez Gimeno

Alfonso Díez, a salvo de que nadie tire de la manta

No es de extrañar que la señora duquesa se enfade cuando le preguntan si la Casa de Alba está atravesando una época de falta de liquidez, algo por lo que se estarían planteando que Alfonso Díez vuelva a trabajar al ministerio.

Hacía tiempo que no escuchaba un disparate semejante. A ver si ahora un mileurista va a sacar del incierto bache económico nada más y nada menos que a la Casa de Alba, con el magnifico patrimonio del que indiscutiblemente goza. Hay bulos que son una auténtica locura.

La duquesa se pone mala cuando oye esas cosas, y tiene toda la razón. Lo cierto es que su Romeo, que la lección la tiene muy bien aprendida, siempre está a su lado, cada día más pendiente de ella, para que no le falte de nada. Es, como poco, la niña de sus ojos.

Hace unos días, cuando acudieron al funeral por la hermana de su primer marido, el comentario general de los que asistieron fue lo pendiente que está Alfonso de ella. No la suelta de su brazo en ningún momento, y como la gente es tan maleducada, fueron la "comidilla". Todo el mundo en la calle hablando del matrimonio, y como es costumbre de toda la vida, Doña Cayetana pasó de todo y no hizo ni caso a los comentarios.

Me cuentan que está encantada con un regalo que le ha hecho su marido, y que fue toda una sorpresa. Se trata de una mantita de castor, que en su día fue un abrigo que perteneció a la madre de Alfonso y que él mandó a deshacer. Todo un detalle. Y así la señora duquesa, tan calentita.

Lo cierto es que la relación de los duques de Alba es vigorosa. Nadie ha podido, puede ni podrá tirar de la manta y destruirles. Ni la crisis.

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