Era la crónica de una muerte anunciada, un rumor que estaba presente desde hacía mucho tiempo, y al final se ha hecho realidad.
Ninguno de los dos va a hacer declaraciones al respecto. Ha sido una decisión que ya la tenían pensada desde hacía tiempo y su ruptura no va a ser traumática. Un situación que se ha ido desgastando y han preferido ponerle fin.
Ahora se especulará si hay terceras personas porque desde hace unas semanas circulan fotos de los dos en su nueva vida con nuevas amistades.
La presentadora se trasladó a vivir a Madrid cuando le ofrecieron presentar el magazine de las mañanas de Televisión Española, mientras que Herrera siguió en Sevilla. Si antes hacían vida por separado, después de esa circunstancia todavía más.
La relación que mantienen pese a dar ese paso tan definitivo es buena. De hecho Mariló ha estado en la feria de Sevilla el pasado fin de semana y se ha instalado en la nueva casa que acaba de adquirir el que hasta ahora ha sido su marido. Un ático en un edificio muy cerca de la plaza de toros de La Maestranza. La casa que tenía el matrimonio ha sido puesta a la venta.
Por su parte, la navarra hace poco tiempo que ha comparado un piso en pleno barrio de Salamanca. Todo apunta a que su futuro se lo plantea en Madrid y no regresará a la capital hispalense. Sus hijos ya son adolescentes, y continuarán haciendo la misma vida que hasta ahora.
Un matrimonio que ha durado veinte años en el que los dos siempre han llevado una vida muy discreta. Hasta para divorciarse lo van a hacer así, sin hacer declaraciones y de la manera más sencilla.
Cuántos deberían aprender de ellos.