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Carlos Pérez Gimeno

Carlos Larrañaga, de nuevo soltero

El actor, hasta que Paula empiece el colegio, vivirá cerca de ella a las afueras de Madrid, pero ya tiene pensado trasladarse al centro. Carlos, que es todo un "dandy", es más de asfalto

Carlos Larrañaga vuelve a ser un hombre soltero y libre tras firmar de mutuo acuerdo el divorcio con la actriz Ana Escribano. "Ya lo tenemos sin que haya habido ningún problema", cuenta el actor, que confiesa que "la pena ha sido que ni ella ni yo fuimos conscientes de la existencia de la diferencia de edad". "Es comprensible y lógico que una mujer de 35 años tenga ganas de salir, hay que tener en cuenta que tiene 35 años y yo 73", explica. Según Carlos, "ella quiere ir" y él volver.

La relación es buena; hay un convenio regulador dictado por un juez. "Aparte de la buena intención por parte de Ana", cuenta el actor, "yo veo a la niña siempre que quiero". Ahora Ana, sus hermanas y su madre están en la playa, por lo que, explica, lleva varios días sin ver a su hija. "No pasa nada, lo mismo pasaría sí me la llevo conmigo de vacaciones", continúa. Según dice, "hay un respeto grande" entre ellos por su hija en común.

El actor, hasta que Paula empiece el colegio, vivirá cerca de ella a las afueras de Madrid, pero ya tiene pensado trasladarse al centro. Carlos, que es todo un "dandy", es más de asfalto y le gusta pasearse por el barrio de Salamanca y tomarse sus aperitivos en los establecimientos más emblemáticos.

De momento prefiere permanecer retirado en sus cuarteles ya que el verano le horroriza. "Es una ordinariez, la gente viste fatal y por la calle no se puede ir, los coches van con las ventanillas bajadas con una música ensordecedora y horrenda, sin olvidar lo que se suda, es todo muy vulgar", cuenta.

Prefiere quedarse a estudiar en su casa unos guiones para unos proyectos que tiene de unas series de televisión, y afirma que por mucho que se haya dicho de él no le hace falta trabajar y quiere "hacer cosas que me apetezcan de verdad".

"En teatro, hace muchos años que produzco lo que hago, pero no me apetece hacerlo, me cansa mucho y me impediría ver a mi hija con frecuencia", continúa. Lo tiene muy claro y agradece que se acuerden de él y le hagan ofertas, pero se queja de que no hay textos que sean de su agrado. "No hay un teatro actual interesante", explica.

En el transcurso de nuestra conversación, le pregunté cuanto tiempo iba a pasar hasta que le veamos con una nueva novia, y su respuesta fue tajante: "Mi único amor tiene tres años y se llama Paula", en alusión a su hija pequeña. Está convencido que nunca se va a volver a casar.

A la que fuera su mujer durante estos últimos años, le desea lo mejor: "Ana es muy jóven, guapa y una magnifica persona y madre". Conociendo al personaje y sus grandes dotes de seducción, no pasará mucho tiempo sin verle en compañía femenina. Genio y figura.

Carlos Pérez Gimeno

    

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