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Carlos Pérez Gimeno

El bautizo de Eric Thyssen y la gran ausente Tita Cervera

No conoce a su segundo nieto y, por supuesto, no acudió ayer al bautizo, celebrado bajo fuertes medidas de seguridad, ya que había una suculenta exclusiva vendida a la revista Hola.

Tal y como era de esperar, la baronesa Thyssen no acudió al bautizo de su nieto Eric. Hubiera sido una sorpresa ya que la relación entre madre e hijo es inexistente, y todavía hay pendiente un juicio en el que se tendrán que ver las caras por sustracción de documentos.

Una situación delicada y triste ya que hace casi dos años que no tienen trato. A pesar de todos estos hechos tan desagradables, Borja, cuando nació el verano pasado su segundo hijo, lo primero que hizo fue telefonear a su madre y darle la buena noticia. La abuela se limitó a enviar unas flores a la clínica y ahí se terminó la historia.

No conoce a su segundo nieto y por supuesto no acudió ayer al bautizo, celebrado bajo fuertes medidas de seguridad, ya que había una suculenta exclusiva vendida a la revista Hola. Por ese motivo hubo algunos problemas con la prensa que se había traslado a las inmediaciones del convento de Boadilla del Monte, hoy convertido en hotel y el lugar elegido para la celebración.

Hubo alrededor de 70 invitados, entre los que se encontraban Bruno Gómez-Acebo y su mujer Bárbara Cano; Paloma Segrelles, que llegó acompañada de su marido; Alejandra Prat, muy guapa en tonos tostados, con su esposo Juan Manuel Alcaraz; Joaquín Prat y su novia; el abogado mallorquín Jaime Colomar, gran amigo del matrimonio Thyssen; los marqueses de Vívola Iñigo Arteaga, su mujer Rocío Barreiros y su hermana Graciliana; Manolo Segura, padre biológico de Borja, con su mujer Paz Pastor con pamela gris perla, y, por último, Susana Uribarri y Darek. Los padrinos fueron Susana Pardo y su novio Pedro Matutes, sobrino del político y empresario ibicenco Abel Matutes.

Tanto Blanca como Borja estuvieron encantados con todos los invitados. El azul fue el color elegido por los dos para la celebración del bautizo de su segundo hijo. Blanca iba muy guapa de azul noche con un gran moño alto, estilo Audrey Hepburn. Borja iba con traje azul marino igual que su hijo, Sacha. El pequeño iba vestido con traje y corbata y disfrutó mucho jugando con otros niños y con unos animadores, disfrazados de Mickey Mouse, que contrataron para distraer a los pequeños.

Hubo primero un aperitivo y después un almuerzo. Consistió en una crema de carabineros con crujiente de puerros, seguido de carpaccio de boletus con langostinos y pasta fresca, solomillo de buey con foie y, para terminar, crujiente de almendras y tres tartas. Para beber, champagne y buenos caldos de reserva del 2005.

Todo estuvo estupendo pero faltó un miembro muy importante de la familia, Carmen Cervera, que brilló por su ausencia. Hubiera sido un momento perfecto para hacer su aparición y fumar, ahora que está tan mal visto, "la pipa de la paz" con su hijo y su nuera.

En las películas hubiera ocurrido, pero la realidad es muy diferente y cuando hay dinero y legados importantes, es muy difícil que los finales felices sucedan.

Todavía queda mucho por ver y si no, al tiempo.

En Chic

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