Sin lugar a dudas, la noticia del fin de semana ha sido la repentina intervención quirúrgica a la que ha tenido que someterse Su Majestad el Rey. Un golpe de suerte, ya que el nódulo que se le ha extirpado en el pulmón derecho ha sido benigno y de esta manera se descarta la posibilidad de cáncer.
Desde que se supo la noticia a través de un comunicado de la Casa Real, el interés informativo ha sido total y por los partes médicos que se han ido facilitando desde el centro médico en el que se le ha practicado la operación todo hace presagiar que la evolución será favorable.
La reina Doña Sofía ha estado de forma permanente en el Hospital Clínico. Una de las veces llegó acompañada de la infanta Elena. Ambas posaron muy sonrientes y aparentemente relajadas ante la prensa: "Estoy tranquila y feliz porque ya ha pasado todo". La Reina también manifestó su agradecimiento por la cantidad de muestras de afecto recibidas.
Nada más regresar de su viaje a Costa Rica, los Príncipes de Asturias se trasladaron hasta el centro hospitalario de Barcelona. Don Felipe comentó a la salida que el monarca, cuando le vio, le dijo: "Aquí estoy, entero y en forma". Se encontraba de buen humor, añadió. Según el último parte médico, la evolución es tan favorable que Don Juan Carlos ya ha dado algún que otro paseo por la planta donde se encuentra. La única que todavía no ha podido ir a ver a su padre es la infanta Cristina. Como es sabido, reside en Washington y está previsto que lo haga en las próximas horas.
En esta ocasión el Rey ha tenido seguramente el golpe de suerte más grande de su vida, porque ser fumador, diagnosticarle un nódulo en el pulmón y resultar ser benigno es como volver a nacer.
Los médicos estaban expectantes ante la intervención y hasta no abrir no sabían lo que se iban a encontrar. Tras hacer el análisis de Anatomía Patológica se confirmó que no había células cancerígenas y que sólo se trataba de una lesión benigna.
Si todo evoluciona como hasta ahora, Don Juan Carlos podrá recibir el alta en tres o cuatro días y olvidarse para siempre del tabaco y de esos puros que le gustan tanto. Majestad, hay que cuidarse, que setenta y dos años ya van pesando y el alcohol y el tabaco no son nada buenos nunca y más cuando ya se tiene una edad.