El sobrino del Rey y su mujer, Mónica Martín-Luque, formaban parte de la lista de invitados del décimo aniversario del diseñador vasco Ion Fiz en el mundo de la moda, un desfile en el Museo Guggenheim de su Bilbao natal.
Todo comenzó cuando en la puerta de embarque la azafata les advirtió de que solo se podía entrar al avión con una bolsa de mano por persona, lo que le obligaba a guardar una de ellas en la bodega. Gómez-Acebo comenzó a protestar, gritando que le parecía un servicio de cuarta categoría. Pero la cosa no terminó ahí, pues cuando le pidieron el billete junto con el DNI para acceder a la nave, vieron que su carnet estaba roto y le tuvieron que decir que no era válido, pero que no habría problema alguno si tenía el de conducir. Fernando se negó en rotundo y exigió que se presentara la Guardia Civil. El personal de la aerolínea intentó calmarle, pero resultó imposible.
A consecuencia del altercado el vuelo sufrió un retraso de media hora y el matrimonio se quedó en tierra, convirtiéndose en la comidilla del viaje. El resto de invitados no dejaban de preguntar qué había ocurrido, y cuando se enteraban no daban crédito.
Por lo demás, el desfile fue un éxito. Anne Igartiburu, que fue la encargada de presentar el acto, llegó acompañada de su novio, el empresario madrileño Daniel Alcázar. Juncal Rivero volvió a subirse a la pasarela, abriendo y cerrando el desfile con el correspondiente traje de novia. "Lo he hecho por la amistad que nos une, ya que no tengo edad de desfilar" comentó.
Sonsoles Díez de Rivera, vicepresidenta de la Fundación Cristóbal Balenciaga, llamó la atención como es costumbre en ella con el traje negro con plumas que eligió para la ocasión, obra de su diseñador de cabecera, Givenchy.
Carla Royo-Villanova no tuvo más remedio que conformarse con lucir los mismos vaqueros que eligió para el viaje, ya que su maleta no llegó a su destino. "Lo siento sobre todo por los zapatos, que son maravillosos, espero que aparezca", declaró.
Carmen Lomana lo pasó estupendamente; no paró de hacerse fotos en toda la noche. Para la mañana escogió un conjunto de Channel, y para el desfile estaba indecisa entre un Balenciaga vintage y un Missoni por el que finalmente se decidió, en tonos pasteles, adornado también con plumas en la falda.
La princesa Beatriz de de Orleans, Boris Izaguirre y el interiorista Luis Galliusi, recién llegado de Buenos Aires, tampoco quisieron perderse una noche en la que toda la sociedad vasca quiso apoyar a uno de sus diseñadores más destacados de los últimos años.