Sonsoles Suárez y Paulo Wilson ya son marido y mujer después de 12 años de noviazgo. Se casaron el viernes pasado en los juzgados de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, en una ceremonia íntima, a la que solo asistieron los hermanos de la novia, Javier y Adolfo, la esposa de éste, Isabel Flores, y un par de amigos más.
Por la noche coincidí con los recién casados en uno de los locales mas de moda de Madrid, Válgame Dios, en pleno barrio de Chueca. Un lugar al que, según el decorador Pascua Ortega, acude lo peor de cada casa, tal y como me comentó entre risas.
Sonsoles y Paulo estaban con un reducido grupo de amigos tomando una copa. La hija de Adolfo Suárez me contó lo bien que había salido todo por la mañana y que su hermano Javier se acababa de marchar porque estaba agotado. Al preguntarle por su hermana Laura, recientemente operada de un cáncer de mama, me comentó que estaba muy bien y que la familia está bastante tranquila. El gesto se volvía un poco más triste al referirse a su padre: "Está igual", dijo.
Es una mujer realmente guapa, incluso vestida de manera informal con una camisa blanca, pantalones oscuros y melena suelta. Sonsoles es una persona que gana en las distancias cortas, a pesar de su gran timidez.
Al día siguiente, sábado, organizaron una pequeña cena por su boda en uno de los restaurantes del estadio Santiago Bernabeu, el Café Real, a la que sólo acudieron los amigos más íntimos y familiares de Paulo que llegaron desde Mozambique, el país del novio.
Marta Sánchez coincidió con su exmarido, Jesús Cabanas. También asistieron María Rey y Manuel Campo Vidal, grandes amigos de la periodista; y Susana Ulibarri y Darek, a los que cuando se les pregunta por su boda se quedan mudos. Y es que todavía está por ver si esa boda va a llegar a celebrarse.