Doña Cayetana ha tenido una recuperación sorprendente después del accidente ocurrido hace tres meses en Roma, en el que se fracturó el fémur y por el que tuvo que ser operada de urgencia.
Personas cercanas a la duquesa me aseguran que tiene un tesón y una fuerza de voluntad fuera de lo común, y su afán por recuperarse y lograr sentirse activa es impresionante.
Hace tan solo un par de semanas se le pudo ver por las calles de la localidad francesa de Saint Jean de Luz, todavía en silla de ruedas, y a los pocos días, cuando estuvo de paso por Madrid para continuar sus vacaciones en la isla de Ibiza, ya se le pudo ver andando y con muy buen aspecto. No hay que olvidar que la aristócrata tiene 86 años, y una vitalidad envidiable.
En la actualidad, y siguiendo los planes de vacaciones de verano, la señora duquesa ya está disfrutando en su isla favorita, donde tiene una casa. No solo de sus aguas, sino de sus mercadillos, que de sobra es sabido la pasión que profesa por ellos-En más de una ocasión ha manifestado que se siente un poco hippie.
Llegó hace unos días, una vez finalizada su estancia en su residencia de San Sebastián, aunque su marido Alfonso Díez tuvo que retrasar la suya por motivos personales. No obstante, ya se encuentra allí desde el pasado fin de semana. Es raro ver a la pareja separada, ya que Alfonso vive por y para su "porcelanita", como la llama en plan cariñoso (es lo que tiene el amor).
Alguno de sus hijos, como Eugenia y Fernando, también pasaran algunos días allí. Ellos son a los que más les gusta la isla, ya que los demás no se les suele ver por esas tierras. Después de todo, no hay nada mejor que mantener las buenas relaciones. La señora duquesa no cesó en su empeño, y por encima de todo, lo consiguió. Ella puede: menudo carácter.