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Carlos Pérez Gimeno

La mala suerte de Chábeli Iglesias

Momentos difíciles para la hija de Julio e Isabel, aunque al menos está arropada por casi toda la familia. Además, de su madre y una de sus hermanas, su padre también está con ella.

Todas las ilusiones se le han ido al traste. A todos nos sorprendía la noticia del fin del embarazo de Chábeli Iglesias. La noticia llenó de alegría a toda la familia y así lo declaraba la feliz abuela, Isabel Preysler, hace poco más de un mes. Después de 8 años, aumentaba la familia: Alejandro, el único hijo del matrimonio Altaba Iglesias, iba a tener dos hermanas. La naturaleza, sin embargo, no lo ha permitido.

Hay que recordar que cuando Alejandro nació, a los 6 meses de gestación, tanto la madre como el bebé lo pasaron muy mal. Este, por tanto, era un embarazo de alto riesgo y Chábeli debía guardar reposo. Por ello se ausentó a la tradicional reunión familiar que cada año organiza Isabel en Navidad y ésa fue también su excusa para no intervenir en el programa “Mira quién Baila”.

Las alarmas se dispararon cuando llega la noticia de la ausencia de la Preysler a la inauguración de la tienda de su amiga la diseñadora catalana Marta Rota, más conocida por su marca comercial Tot- Hom. Un repentino viaje a Miami, al que le acompaña su hija Tamara.

Momentos  difíciles, pues, para la hija de Julio e Isabel, aunque al menos está arropada por casi toda la familia. Además, de su madre y una de sus hermanas, su padre también está con ella. Julio Iglesias se trasladó inmediatamente desde la Republica Dominicana, su lugar de residencia desde hace varios años. Es de esperar que con lo joven que es Chábeli, dentro de poco podrá ver hecho su deseo de volver a ser madre.

Pero todo no van a ser malas noticias, porque a quien podremos ver dentro de poco en las pantallas de la televisión es a una de las presentadoras más queridas en este país, Mayra Gómez-Kemp. Tras superar un cáncer de lengua, va a reaparecer como colaboradora en un programa de la Televisión Autonómica de Aragón. La que fuera el alma del “Un, Dos, Tres”, ha tenido un tesón inmenso para lograr su curación, una tarea nada fácil, ya que tiene que hacer diariamente unos ejercicios de recuperación de lengua y para ello, es necesario hacer algo así como veinte “pedorretas” diarias entre otras muchas cosas. Acaba de pasar la última revisión y los resultados no han podido ser más satisfactorios.

A consecuencia de todo esto, Mayra está muy contenta y llena de ilusión con su vuelta al trabajo, que hasta hace muy poco tiempo era impensable. Ahora lo que le queda es ir poco a poco recuperando la dicción. Enhorabuena.

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