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Carlos Pérez Gimeno

La paz llega a la familia Morales

Atrás quedan las desavenencias, insultos y los malos momentos por los que han tenido que pasar. Todos y cada uno de ellos están poniendo de su parte para que se arregle esta pesadilla.

Después de tantos años de no existir relación alguna entre Junior y sus dos hijos mayores, Carmen y Antonio, parece que las aguas vuelven a su cauce.

La boda de la hija mayor de la tristemente desaparecida Rocío Dúrcal, prevista para el 30 de abril, unirá de una vez por todas a esta familia. Debido a los problemas que trajo consigo la herencia de la cantante, la relación entre ellos era inexistente.

Atrás quedan las desavenencias, insultos y los malos momentos por los que han tenido que pasar. Todos y cada uno de ellos están poniendo de su parte para que se arregle esta pesadilla, que ha durado casi tres años.

De momento, el propio Junior dice sentirse feliz: "Ya está bien después de lo ocurrido con tantos contenciosos durante este tiempo". Lo primero que ha hecho es ir a hablar con sus abogados para intentar cancelar las demandas interpuestas a sus hijos, las cuales llevan su curso. Además, Hacienda tiene que confirmar la investigación del patrimonio que le piden sus herederos al no estar declarado. El tema está en que la cantante hizo el último testamento en el año 92, y puede haber bienes adquiridos después de esa herencia.

Todos confían en que se arregle, y así poder disfrutar de esa boda, aunque todavía el propio padre de la novia no sabe sí será el padrino. Está encantado porque vuelve a disfrutar de sus nietos, ya que no les veía hacía tiempo.

Carmen ahora está volcada en los preparativos de su enlace con Luis Guerra, propietario de una conocida cadena de gimnasios con el que lleva saliendo 7 años. La relación, en la que ha habido varias rupturas, tiene en la actualidad un final feliz.

Lo único que hace falta es que la buena racha les dure y vuelvan a ser la familia unida a la que nos tenían acostumbrados.

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